¿Quién es Carlos Ciriza?
Ante todo un hombre de la tierra, que se ha hecho a sí mismo artísticamente hablando y que intenta hacer las cosas bien y con cierta coherencia.
¿Qué relación tiene con los hermanos capuchinos?
Desde niño he tenido una íntima y familiar relación con la orden capuchina; en especial con el Padre Cristóbal Ciriza de Erául, Fray José, Fray Carlos, Fray Jacinto, Juan Mari Castro, Eleuterio Ruiz, Miguel Ángel Oses, los hermanos Laita, Miguel Ángel Azcona, José Luis Iso, que han sido importantes referencias en mi vida y que a través de esas vivencias, he intentado seguir bajo ese mismo espíritu franciscano.
Más tarde he tenido relación con otros muchos como con Manuel Gurbindo, el P. Cabodevilla, José Antonio Lasa, Luis Ortigosa...y tantos otros de los que recuerdo con gran afecto.
Por otro lado, mi esposa comparte ese mismo espíritu al ser sobrina de los hermanos Noáin, Eduardo y Evaristo, conocidos y apreciados misioneros capuchinos que murieron en Francia y en Ecuador.
¿Qué significa el arte en su vida?
Desde siempre he tenido la necesidad de expresar todo mi mundo interno, a través del lenguaje plástico. Digamos que para mí es un modo de expresión innato, y la manera que tengo de percibir la vida, de expresar mis ideas, emociones y sentimientos y de comunicarme con los demás.
En relación con el camino de Santiago…
¿Qué obra ha aportado usted a los peregrinos?
Es especial las que se encuentran en la autovía del Camino, a su paso por Navarra. Todas ellas están inspiradas en el Camino de Santiago. Realicé un proyecto que constaba de ocho piezas monumentales, aunque finalmente sólo se realizaron tres. Es un excepcional conjunto de esculturas púbicas Jacobeas, muy singular y único, titulado "Corredor Escultórico los Símbolos del Camino". Sobre él, ya se han hecho varios estudios y publicaciones de Congresos en varias comunidades.
En Estella, mi tierra natal, también está "Estela", que está instalada en la rotonda próxima al convento de Rocamador.
¿Qué significa esta obra?
Se trata de una obra de homenaje a la tierra y a sus gentes, y que desarrolla su mensaje a través de un lenguaje formalmente abstracto pero con connotaciones figurativas. Una estrella de ocho puntas, símbolo de la ciudad, dirigidas a las ocho direcciones que conforman nuestro sistema de coordenadas espaciales y expandiéndose hacia el cielo (Vía láctea). Dos volúmenes envolviendo sus brazos, a modo de peregrinos, y vertiendo su energía hacia el interior creando una complicidad con el vacío incorporado y punto esencial de la obra.
Soñemos un poco…
¿Qué le gustaría hacer para el camino y por qué?
Me gustaría terminar algún día el proyecto escultórico, tal y como se concibió originariamente. Sería todo un hito para Navarra, con gran repercusión a nivel internacional.
En la actualidad está preparando algún trabajo para los hermanos capuchinos.
¿De qué se trata? Y ¿Qué objetivos persigue este trabajo?
En un reciente y conmovedor encuentro, con motivo de un homenaje al padre Tarsicio de Azcona, Benjamín Echeverría me comentó si podía realizar el logotipo del que va a ser el nuevo albergue de peregrinos de Estella. Y me sugirió también, con motivo de esa inauguración, la posibilidad de organizar una pequeña exposición. La verdad es que, para mí es muy emotivo el poder mostrar algunas de mis obras en ese lugar tan especial y tan cercano a mí.
¿Qué le gustaría transmitir a la Orden y a sus seguidores?
Me gustaría que siguiesen trasmitiendo el espíritu de San Francisco de Asís a esta sociedad tan peculiar que nos ha tocado vivir y como bien expresa el dicho franciscano "Paz y Bien" para todos.