Viernes 23º semana Tiempo Ordinario 3ª de salterio

San Juan Crisóstomo.

Primera lectura: 1 Corintios 9, 16-19. 22b-27

Me he hecho todo para todos, para ganar a algunos.
 


Salmo: 83, 3. 4. 5-6. 12

R/. Qué gratas son tus moradas, oh Señor del universo.
 


Evangelio: Lucas 6, 39-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
—¿Cómo puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
Ningún discípulo es más que su maestro, aunque un discípulo bien preparado podría igualar a su maestro.
¿Por qué miras la brizna que tiene tu hermano en su ojo y no te fijas en el tronco que tú mismo tienes en el tuyo? ¿Cómo podrás decirle a tu hermano: «Hermano, deja que te saque la brizna que tienes en el ojo», cuando no ves el tronco que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero el tronco de tu ojo, y entonces podrás ver con claridad para sacar la brizna del ojo de tu hermano!

 


Reflexión:

Jesús advierte contra la pretensión de acercarse al otro para hacer “ci rugía” en su vida, olvidando que eso requiere manos expertas y mira das muy limpias. En la comunidad de discípulos ha de ejercerse la corrección fraterna, pero ha de hacerse con una mirada limpia, y una vida precedida de la coherencia cristiana. Es necesaria la luz del Maestro para acompañar, ayudar a discernir y valorar los comportamientos de la vida. Y siempre desde la humildad y la misericordia. La corrección fraterna no tiende a configurar al otro según mis criterios, sino a caminar todos por los criterios del Evangelio. Jesús invita a, antes de querer ser guías de los otros, dejarse guiar por él y a hacer un ejercicio de purificación y clarificación interior.
 


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