Sábado 18º semana Tiempo Ordinario 2ª de salterio

San Lorenzo.

Primera lectura: 2 Cor 9, 6-10

Dios ama al que da con alegría.
 


Salmo: 111

Dichoso el que se apiada y presta.
 


Evangelio: Juan 12, 24-26

En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará.
 


Reflexión:

La fiesta de san Lorenzo, diácono y mártir recuerda dos dimensiones esenciales del seguimiento cristiano: el servicio de la caridad y el testimonio de la fe. Es lo que hizo san Lorenzo: entregar su vida por Cristo, por amor, y sirviendo a los pobres de la iglesia de Roma, sus verdaderas “riquezas”. En él se cumplen las palabras del texto evangélico elegido para la eucaristía del día de hoy. San Lorenzo siguió a Jesús en su muerte, fecunda, pues el que la entrega por amor la gana para siempre, y sirviéndolo en su vida. Las palabras del Señor son infalibles: “Si alguno me sirve, el Padre le premiará”. Y ¿cómo lo hizo san Lorenzo? Sirviendo a los pobres, pues “lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos, lo hicisteis conmigo” (Mt 25,40).
 


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