Martes Ordinario 10ª Semana 4ª de Salterio

San Críspulo, SAn Mauricio, Beatos Tomás Saleh, Leonardo Melki (M).

Primera lectura: Cor 1,18-22;

Pues el mensaje de la cruz es necedad para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios. 19Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces. 20¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el docto? ¿Dónde está el sofista de este tiempo? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? 21Y puesto que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación para salvar a los que creen. 22Pues los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; 


Salmo: Sal 118,129. 130. 131. 132. 133. 135;

R/. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo.

Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma. R/.

La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes. R/.

Abro la boca y respiro, ansiando tus mandamientos. R/.

Vuélvete a mí y ten misericordia, como es tu norma con los que aman tu Nombre. R/.

Asegura mis pasos con tu promesa, que ninguna maldad me domine. R/.

Haz brillar tu Rostro sobre tu siervo, enséñame tus decretos. R/.


Evangelio: Mt 5,13-16.

Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. 

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. 

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. 

Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos. 


Reflexión:

Sazonar, iluminar y aportar estabilidad a la vida desde los criterios del evangelio es la misión del discípulo.  Una sal insípida y una luz oculta bajo un celemín, dice Jesús, son un contrasentido. Además la sal se consideraba un símbolo de estabilidad y permanencia. Un pacto duradero se ratificaba con una comida con sal, el “pacto de la sal” (Núm 18:19).. El cristiano debe dar sabor, pero para eso ha de tener sabor él, ha de ser sabroso. Ha de iluminar, pero para eso ha de ser luminoso, conectado a la red-Cristo. Esa es la luz, el sabor y la sabiduría  que debe aportar a la vida: el sabor de Cristo,  la luz de Cristo, la sabiduría de Cristo, que no es como la del mundo. Y aportar estabilidad. Pero, ¿si es opaco, insípido y voluble?


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