Martes 26º Semana Ordinario 2º de salterio

Santa Teresa del Niño Jesús

Primera lectura: Job 3, 1-3. 11-17. 20-23

¿Por qué se da luz a un desgraciado?
 


Salmo: 87, 2-3. 4-5. 6. 7-8

R/. Que mi súplica llegue hasta ti, Señor.
 


Evangelio: Lucas 9, 51-56

Cuando ya iba acercándose el tiempo de su Pascua, Jesús tomó la firme decisión de dirigirse a Jerusalén. Envió por delante mensajeros que entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero como Jesús se dirigía a Jerusalén, los samaritanos se negaron a recibirlo.
Al ver esto, los discípulos Santiago y Juan dijeron:
—Señor, ¿ordenamos que descienda fuego del cielo y los destruya?
Pero Jesús, encarándose con ellos, los reprendió con severidad.
Y se fueron a otra aldea.

 


Reflexión:

La pregunta es pertinente y surge en la comunidad de los discípulos. La respuesta de Jesús es meridiana en su claridad: los más impor tantes son los menos importantes, los pequeños. Así de paradójicosson el Reino de Dios y sus opciones preferenciales. Los varemos de Dios son diferentes a los nuestros, y por esos varemos seremos medidos. La invitación de Jesús no lo es al infantilismo sino a “convertirse y hacerse” como niños, tarea nada fácil, porque ¿cómo nacer de nuevo? Y, además, ellos han de ser el referente dentro de la comunidad. La celebración de los Santos Ángeles evoca la providencia de Dios sobre la vida de cada hombre. Dios nos acompaña, nos ofrece su mano; una mano que hay que asir fuertemente, aunque en ella percibamos la señal de los clavos del Señor.
Y una mano que hemos de ofrecer a los demás, siendo también providencia para los hermanos. Ser ángel custodio en la vida.

 


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