La Asamblea General de las Naciones Unidas dispuso en 2020, en el marco de su 75ª sesión, que el 4 de febrero fuese designado como el Día Internacional de la Fraternidad Humana.
El espíritu de fraternidad que nos une
La Asamblea General de las Naciones Unidas dispuso en 2020, en el marco de su 75ª sesión, que el 4 de febrero fuese designado como el Día Internacional de la Fraternidad Humana. La fecha elegida estuvo marcada por el encuentro entre el papa Francisco y el gran imán de la Universidad de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyeb, el 4 de febrero del año anterior, momento en el que se firmó el Documento sobre la fraternidad humana, que inspiró la propuesta.
Esta fecha nos invita a reflexionar sobre la importancia del respeto, la solidaridad y el diálogo entre las diversas culturas, religiones y pueblos del mundo. Este día, nacido de la convicción de que la fraternidad es un valor esencial para la paz y la convivencia, cobra una resonancia especial en la actualidad, cuando los desafíos globales demandan más que nunca el compromiso con la unidad y el entendimiento mutuo.
Fraternidad: pilar de la espiritualidad y del carisma capuchino
Para los Hermanos Capuchinos, la fraternidad no es únicamente un valor abstracto, sino un pilar fundamental de su espiritualidad y carisma. Inspirados por el ejemplo de Jesucristo, cuya vida estuvo marcada por la compasión, el amor y el servicio a los demás, los Capuchinos viven la fraternidad en el día a día: en la solidaridad con los más necesitados, en el compromiso con la justicia social y en la búsqueda de la paz interior y comunitaria.
Este carisma se nutre de la tradición monástica que enfatiza la humildad, la sencillez y la comunión fraternal. La fraternidad, entendida como un vínculo profundo que une a cada ser humano, es una herramienta poderosa para superar las barreras que dividen a la sociedad. Los Hermanos Capuchinos, a través de sus obras, dan testimonio de que el encuentro sincero y respetuoso con el otro es la base de una vida auténticamente cristiana y de una sociedad verdaderamente humana.
Reflexión y compromiso en el mundo actual
En un tiempo en el que los conflictos y las divisiones parecen acentuarse, el mensaje del Día Internacional de la Fraternidad Humana es más urgente que nunca. Nos invita a repensar nuestras relaciones y a trabajar activamente por la reconciliación y el diálogo intercultural. Desde la espiritualidad capuchina, se nos anima a vivir la fraternidad como un camino de encuentro, donde cada gesto de amor y solidaridad contribuye a construir un mundo más equitativo y compasivo.
Los Hermanos Capuchinos, comprometidos con esta misión, nos recuerdan que la fraternidad es el cimiento sobre el cual se puede edificar una sociedad basada en la paz y el respeto mutuo. Así como la ONU nos convoca a reflexionar sobre nuestra humanidad compartida, el carisma capuchino nos impulsa a vivir esa fraternidad en cada acción, en cada palabra y en cada obra de servicio a los demás.
Que este 4 de febrero nos inspire a vivir una verdadera fraternidad, arraigada en la espiritualidad y en el amor incondicional, siguiendo el ejemplo de aquellos que han dedicado sus vidas a tender puentes entre las personas. Porque en la fraternidad se encuentra la semilla de un mundo donde la paz, la justicia y la esperanza puedan florecer.