Sábado 15º semana Tiempo Ordinario 3ª de salterio
San Apolinar, San Elías.
Primera lectura: Miqueas 2, 1-5
Desean los campos y se apoderan de las casas.
Salmo: 9, 22-23. 24-25. 28-29. 35
R/. No te olvides de los humildes, Señor.
Evangelio: Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos, por su parte, se reunieron, al salir, y se confabularon para matar a Jesús.
Jesús, al saberlo, se fue de allí. Mucha gente lo seguía, y él curaba a todos los que estaban enfermos, si bien les ordenaba que no divulgaran que había sido él.
Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías:
Este es mi siervo, a quien yo he elegido; lo amo y me complazco en él.
Le daré mi espíritu y llevará mi enseñanza a todos los pueblos.
No disputará con nadie no andará dando gritos, ni se oirá su voz por las calles.
No romperá la caña quebrada ni apagará el pábilo humeante hasta que haga triunfar la justicia.
Y en él pondrán los pueblos su esperanza.
Reflexión:
La vida de Jesús estuvo amenazada por la oposición religiosa. Esto no le amedrentó, pero le llevó a tomar cautelas. Su existencia encar na la salvación de Dios. Alienta a los desesperanzados; cura a losenfermos; evangeliza con un tono creíble pero no impositivo. Es una fuerza, una energía que actúa dentro y desde dentro. No busca la publicidad sino la efectividad. El texto citado del profeta Isaías hace una interpretación de la figura y misión de Jesús: lleno del Espíritu, promotor del derecho, con tonos humildes y esperanzadores. Él será la esperanza de los pueblos. Y esa es la misión que él confió a sus discípulos. Esa es la misión de la Iglesia: ser testigo y animadora de “la vida abundante” (Jn 10,10).