Jueves 3º Semana Adviento 3º de salterio

San Nemesio

Primera lectura: Jueces 13, 2-7. 24-25a

El nacimiento de Sansón fue anunciado por un ángel
 


Salmo: 70, 3-4a. 5-6ab. 16-17

R/. Mi boca se llena de tu alabanza,
de tu gloria durante todo el día.

 


Evangelio: Lucas 1, 5-25

Durante el reinado de Herodes en Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, que pertenecía al grupo sacerdotal de Abías. La esposa de Zacarías, llamada Isabel, pertenecía también a la descendencia de Aarón.
Ambos esposos eran rectos delante de Dios, intachables en el cumplimiento de todos los mandatos y disposiciones del Señor. Eran los dos de edad muy avanzada y no tenían hijos, porque Isabel era estéril.
Estando un día Zacarías ejerciendo el servicio sagrado conforme al orden establecido, le tocó en suerte, según costumbre sacerdotal, entrar en el Templo a ofrecer el incienso. Mientras ofrecía el incienso, una gran multitud de fieles permanecía fuera en oración.
En esto, un ángel del Señor se le apareció a la derecha del altar del incienso. Zacarías, al verlo, se echó a temblar, lleno de miedo.
Pero el ángel le dijo:
—No tengas miedo, Zacarías. Dios ha escuchado tu oración, y tu mujer Isabel te dará un hijo, al que llamarás Juan. Tendrás una gran alegría y serán muchos los que también se alegrarán de su nacimiento, porque será grande delante del Señor. No beberá vino ni otra bebida alcohólica cualquiera; estará lleno del Espíritu Santo aun antes de nacer y hará que muchos israelitas vuelvan de nuevo al Señor su Dios.
Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, hará que los padres se reconcilien con los hijos y que los rebeldes recuperen la sensatez de los rectos, preparando así al Señor un pueblo bien dispuesto.
Zacarías dijo al ángel:

—Pero ¿cómo podré estar seguro de eso? Yo ya soy viejo y mi mujer tiene también muchos años.
El ángel le contestó:
—Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios. Él me envió a hablar contigo y comunicarte esta buena noticia. Cuanto te he dicho se cumplirá en su momento oportuno; pero como no has dado crédito a mis palabras, vas a quedarte mudo y no volverás a hablar hasta el día en que tenga lugar todo esto.
Mientras tanto, la gente que esperaba a Zacarías estaba extrañada de que permaneciera tanto tiempo en el Templo. Cuando por fin salió, al ver que no podía hablar, comprendieron que había tenido una visión en el Templo. Había quedado mudo y solo podía expresarse por señas.
Una vez cumplido el tiempo de su servicio sacerdotal, Zacarías volvió a su casa. Pasados unos días, Isabel, su esposa, quedó embarazada y permaneció cinco meses sin salir de casa, pues decía: «Al hacer esto conmigo, el Señor ha querido librarme de la vergüenza ante los demás».

 


Reflexión:

Dios aparece como dador de vida y de esperanza. El anuncio a Za carías preanuncia el anuncio a María. Dios prepara los caminos de Jesús. El hecho acontece en el Templo, centro espiritual del judaísmo. Cuando las evidencias parecían descartar la fecundidad de este matrimonio, como en el caso de Abrahán (Gén 18), Dios se hace presente. Juan será un instrumento cualificado en la historia de la salvación. Será fuente de alegría y, cual nuevo Elías, preparará el camino del Señor. Juan es un hijo “orado” y es respuesta de Dios a la oración. La sorpresa de Zacarías es explicable, pero no justificable: ¿si no creía en ser escuchado, para que oraba a Dios? Era un orante “realista” para el que hay cosas imposibles. Todo es posible al que cree (Mc 9,23). Dios siempre escucha y responde, a su tiempo y a su manera. Juan es ya una señal de que la historia de la salvación está alcanzando su plenitud.
 


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