Jueves 2º Semana Adviento 2º de salterio

Nuestra Señora de Guadalupe.

Primera lectura: Isaías 41, 13-20

Yo soy tu libertador, el Santo de Israel.
 


Salmo: 144, 1 y 9. 10-11. 12-13

R/. El Señor es clemente y compasivo, paciente y grande en amor.
 


Evangelio: Mateo 11, 11-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
—Les aseguro que no ha nacido nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos es objeto de violencia y los violentos pretenden arrebatarlo. Así lo anunciaron todos los profetas y la ley de Moisés hasta que llegó Juan. Pues, en efecto, Juan es Elías, el profeta que tenía que venir. Quien pueda entender esto, que lo entienda.

 


Reflexión:

El testimonio de Jesús sobre Juan es laudatorio, sin embargo está en el umbral del Reino, ha sido precursor. El Discípulo de Jesús le su pera porque ya ha traspasado ese umbral. Pero no puede dormirseen los laureles: ha de hacerse violencia para mantenerse en las exigencias del proyecto de Jesús. El tiempo que inagura Jesús crea una nueva tipología. La enorme talla del Bautista queda empequeñecida comparada con la de los más humildes del reino de los cielos. Estamos viviendo ya un tiempo de calidad suprema y requiere actitudes de calidad suprema. Y esa calidad consiste en la filiación divina y la confraternidad con Cristo. El tiempo que inagura Jesús es un tiempo nuevo, de contraste con los esquemas y paradigmas vitales -religiosos y sociales- en vigor. Eso provoca un rechazo, que hay que asumir. Juan formaba parte del proyecto mesiánico, pero no era el Mesías. Juan era el Elías, pero aquí hay uno que es más que Elías.
 


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