Viernes 3ª Semana Cuaresma 3ª semana del salterio
San Juan de Dios
Primera lectura: Oseas 14, 2-10
No llamaremos ya “Nuestro Dios” a la obra de nuestras manos.
Salmo: 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17
R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo:
escuha mi voz.
Evangelio: Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
—¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?
Jesús le contestó:
—El primero es: Escucha, Israel : el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. Y el segundo
es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que estos.
El maestro de la ley contestó a Jesús:
—¡Muy bien, Maestro! Es cierto lo que dices: Dios es único y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo nuestro corazón, con todo
nuestro entendimiento y con todas nuestras fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios.
Jesús entonces, viendo que había contestado con sabiduría, le dijo:
—Tú no estás lejos del reino de Dios.
Después de esto, ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Reflexión:
Hay que agradecer al escriba la pregunta. Preguntar por lo esencial es necesario para obtener respuestas esenciales. Y esta, según Jesús, desde unos textos de la Ley (Dt 6,4-5 y Lev 19,18) es de lo más tradicional. No hay que buscar novedades extrañas. Dios ya ha hablado. Y su palabra es eterna. Nos queda “escucharla”, obedecerla. La respuesta es: AMARÁS, en su doble versión: a Dios y al prójimo. No son dos realidades opuestas ni aisladas. El amor a Dios se verifica en el amor al hombre. Y al amor no hay que tenerle miedo; hay que temer no amar o hacerlo a medias. Amar sin fisuras, sin fugas, sin espacios vacíos: con todo el corazón. Así es el amor de Dios, y así debe ser el amor a Dios y al prójimo. Tarea no fácil. El amor es la plataforma de vida: “Permaneced en mi amor” (Jn 15,9). La respuesta ya la sabemos: Amarás