En un encuentro con Víctor Luengo, artífice del evocador cartel de Semana Santa de este año para la Archicofradía de Jesús de Medinaceli, desvelamos las capas de inspiración y técnica que dan vida a esta pieza. Con una carrera distinguida por capturar momentos de profunda emoción y espiritualidad, Luengo nos lleva por el viaje creativo que culminó en la creación de una imagen que no solo anuncia uno de los momentos más sagrados del año, sino que invita a la reflexión y la conexión espiritual.
En esta charla, el fotógrafo comparte detalles sobre su proceso creativo, las dificultades que enfrentó y cómo su visión se alineó con la identidad y valores de Jesús y de María, su Madre, admitiendo a ambos en la obra y ofreciendo así una perspectiva única sobre la intersección entre arte, fe y tradición.
Víctor háblanos de ti.
Pese a que parezca la pregunta más sencilla, es de las que más me cuesta responder. Soy Víctor Luengo, y me considero una persona natural, extrovertida y optimista. Mi principal objetivo en la vida es ser feliz e intento contagiar esa felicidad a quienes me rodean.
A lo largo de mi vida, he enfrentado diversos obstáculos, pero siempre he mantenido una actitud reflexiva. Encuentro en cada experiencia una oportunidad para aprender y crecer, utilizando cada aprendizaje como una herramienta para alcanzar la felicidad.
Cuéntanos sobre tus aficiones.
Tengo la suerte de que mi trabajo es una de mis grandes pasiones, la cual comparto con la tauromaquia. Desde mis comienzos, la tauromaquia ha sido la piedra angular de mi labor fotográfica, brindándome la oportunidad de fusionar mis intereses personales con mi profesión.
Para mi es muy importante transmitir emociones a través de mis fotografías, eso se consigue trabajando con personas que te inspiran.
Cada día de trabajo es una oportunidad para mí de explorar la belleza en todas sus formas y expresiones.
Y sin duda el cartel de este año es fruto de esa motivación. ¿Cómo surge la idea de este cartel y qué quieres expresar con él?
Desde el primer instante en que me fue encomendada la tarea de realizar esta obra, quería hacer un personal homenaje a mi madre. Y tuve claro que Dolores, un pilar fundamental en esta historia, debía ocupar un lugar preeminente en el cartel.
Su presencia se hace indispensable en este cartel. Madre e hijo, unidos en una sinfonía de sentimientos, convergen en esta obra que expresa las profundidades de mi ser. Esta obra es la encarnación de la importancia de una madre, cuyo abrazo es refugio, cuyo amor sostiene el alma en las horas oscuras. En el centro de este mosaico de emociones, el Señor de Medinaceli, una figura que encarna la luz misma. La silueta del Señor, inmortalizada en este cartel, simboliza esa luminosidad que alumbra nuestras vidas una vez que cruzamos el umbral de la Basílica.
Víctor, ¿es una responsabilidad fotografiar a Jesús de Medinaceli?
Más que una responsabilidad, lo percibo como un profundo orgullo. Estar frente al Señor de Madrid es una experiencia sobrecogedora, él nos hace sentir pequeños ante su grandeza. Su imponente presencia deja a todos sin palabras al orar ante él. Siempre abordo este privilegio desde el respeto, buscando capturar una visión única y especial, lleno de devoción y gratitud.
¿Cuántas expresiones diferentes has encontrado en la talla?
Afortunadamente, he tenido la oportunidad de fotografiar al Señor en múltiples ocasiones, gracias a Miguel Ángel, vicehermano mayor de la archicofradía, y los hermanos capuchinos. Es sorprendente notar cómo, dependiendo del ángulo y la luz, la talla en ocasiones parece “humanizarse”, mostrando diferentes expresiones. La luz desempeña un papel fundamental en esto, ya que es capaz de transformar el rostro del Señor y revelar matices que antes pasaban desapercibidos.
¿Recuerdas cómo fue la experiencia de la primera vez en que fotografiaste a Jesús?
La primera vez que tuve el privilegio de fotografiar al Señor fue una experiencia profundamente conmovedora, difícil de describir con palabras. Recuerdo que me dejó sin aliento y me transmitió un mensaje claro y poderoso: "¡Aquí estoy! ¡Y aquí te vas a quedar!". Fue un momento sumamente emotivo que me marcó profundamente y que, en sí mismo, podría llenar toda una entrevista.
Me comentabas sobre tu presencia en las procesiones y que acudes a la de 2024. Este año hemos coincidido en la procesión de Viernes Santo. ¿Qué sientes al fotografiar al Cristo de Medinaceli y qué ves en la gente que se agolpa en el recorrido para ver los pasos?
Como decía en la anterior pregunta, lo que siento es un profundo orgullo. Pero el día de la procesión aparte de sentir una gran devoción hacia él, siento mucha emoción en diferentes momentos de la procesión.
Es un día muy especial, y siendo fotógrafo me gusta fijarme en muchos detalles para mi el momento en el que abren las puertas de la basílica, ese calor de la gente que se agolpa esperando ese momento y ese aplauso me emociona muchísimo. Hay muchísima gente, pero sobretodo me conmueven las personas mayores que miran el rostro de los titulares con muchísimo amor, devoción y emoción.
Víctor, volviendo al cartel de este año. ¿Qué sientes al ver reflejada una de tus obras en la basílica?
Muchísima gratitud, hacía la archicofradía por confiar en mi trabajo y hacía todos aquellos que confían en mi trabajo día a día. El cartel es un homenaje principalmente a mi madre, pero el cartel tiene varios mensajes ocultos dedicados a personas especiales en mi vida. Contemplar este homenaje en la Basílica es una fuente de enorme satisfacción para mí. Los días que he entrado por la puerta tras la presentación y he podido ver en el altar el cartel se me ha dibujado una sonrisa en la cara.
Me gustaría que ofrecieras un mensaje para los seguidores de las publicaciones de hermanos capuchinos en relación con tu devoción y trabajo en dar a conocer la imagen.
Para todos los seguidores de las publicaciones de los hermanos capuchinos, quiero transmitirles mi agradecimiento por darme voz en esta entrevista y su interés en mi trabajo. La devoción que siento hacia la imagen del Cristo de Medinaceli es algo que me impulsa constantemente en mi labor de difusión. Cada fotografía que capturo es un tributo a esta devoción, y mi objetivo es compartir esa pasión con todos ustedes.
Espero que mis imágenes sirvan como un medio para profundizar la conexión espiritual con esta venerada imagen y que inspiren un sentido renovado de devoción y contemplación. Agradezco sinceramente a los hermanos capuchinos por brindarme la oportunidad de colaborar en este número de la revista.
Y ya la última para los más técnicos y aficionados a la fotografía ¿Qué equipo utilizas en tus reportajes?
Trabajo con Sony, sin espejo. Las lentes que utilizo son tanto de Sony como Tamron.
Llevo dos cuerpos principalmente uno con un angular y otro con un teleobjetivo.
(Luis López)