Aplausos abstractos y concretos
Nosotros a la ocho aplaudimos en abstracto a los sanitarios y en concreto a las personas que cuidan a los frailes capuchinos del convento de extramuros, que tenemos delante.
Nosotros a la ocho aplaudimos en abstracto a los sanitarios y en concreto a las personas que cuidan a los frailes capuchinos del convento de extramuros, que tenemos delante. A los cuidadores y también a los dos o tres señores que imagino son los frailes y que salen todos los días también a aplaudir, a bailar y a saludar al ritmo de la música, diferentes cada día.
Les aplaudimos y les mandamos besos y abrazos a todos ellos y, por extensión, a los frailes más mayores, que apenas salen a pasear. Yo aprovecho y aplaudo, de paso, a otros capuchinos que en este mismo convento vivieron y trabajaron por la gente humilde y también por la cultura de la tierra, como Policarpo de Iraizoz, excelente latinista, orador, traductor y colaborador en la revista "Fontes Linguae Vasconum"; Jorge de Riezu, recopilador de la obra musical del Padre Donostia; Francisco Ondarra, infatigable investigador de los dialectos vascos o Dámaso de Intza, uno de los primeros miembros de Euskaltzaindia, fundador de la revista "Irugarrengo Prantziskotarra" y en 1916, de "Zaruko Argia" predecesora del semanario de información general "Argia", que es actualmente uno de los medios de comunicación más potentes en euskera. Y cómo no, mi aplauso también para el Padre Andoain, mi favorito, que da nombre a la calle, nacido en Urraul Alto en 1808, y euskaldun apasionado. Fue autor de muchos sermones en euskera, recorrió medio mundo y fue expulsado de Venezuela junto con los demás capuchinos por dictar diversas normas de protección de los indios apure frente a los abusos de los comerciantes blancos.
No sé hasta cuándo durará esto de los aplausos, pero es bonito reconocer la solidaridad y la grandeza de las personas.
Reyes Ilintxeta
(Café bebido) Diario de Noticias