Sábado Ordinario 21ª Semana 3ª de Salterio
San Silvano, SAn Esteban de Zudaire.
Primera lectura: 1 Tes 4,9-11;
Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él. Por eso, animaos mutuamente y edificaos unos a otros, como ya lo hacéis.
Salmo: Sal 97,1bcde. 7-8. 9;
R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes. R/.
Al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R/.
Evangelio: Mt 25,14-30.
«Es como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”. Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. Se acercó también el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. El señor le respondió: “Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».
Reflexión:
La parábola aparece en la sección escatológica del evangelio de Mateo, formando parte de las cinco parábolas de la “venida” del Señor (caps. 24-25). En ella el acento recae en el tercer servidor, descalificando la actitud irresponsable ante los dones recibidos de Dios. Jesús denuncia el “bloqueo” producido en el judaísmo, y advierte de la necesidad de responder positivamente a la voluntad salvadora de Dios. La institución oficial había enterrado el don recibido; no lo había activado. La denuncia final sigue teniendo validez hoy y es advertencia para la Iglesia y para cada uno de los cristianos. Dios no se deja ganar en generosidad, pero el hombre no está desprovisto de responsabilidad. Ser “conservador” no equivale a ser “fiel”, porque la fidelidad cristiana es creativa. ¿Cómo activo los dones de Dios? ¿Los entierro?