Viernes 7ª Semana Ordinario 1ª de Salterio

San Roman de Condat

Primera lectura: Eclo 6,5-17;

Una palabra amable multiplica los amigos, y la lengua afable multiplica los saludos. Sean muchos los que estén en paz contigo, pero tus confidentes, solo uno entre mil. Si haces un amigo, ponlo a prueba, y no tengas prisa en confiarte a él. Porque hay amigos de ocasión, que no resisten en el día de la desgracia. Hay amigos que se convierten en enemigo, y te avergüenzan descubriendo tus litigios. Hay amigos que comparten tu mesa y no resisten en el día de la desgracia. Cuando las cosas van bien, es como otro tú, e incluso habla libremente con tus familiares. Pero si eres humillado, se pone contra ti y se esconde de tu presencia. Apártate de tus enemigos y sé cauto incluso con tus amigos. Un amigo fiel es un refugio seguro, y quien lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio y su valor es incalculable. 1Un amigo fiel es medicina de vida, y los que temen al Señor lo encontrarán. El que teme al Señor afianza su amistad, porque, según sea él, así será su amigo. 


Salmo: sal 118,12. 16. 18. 27. 34. 35;

R/. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes. /R.

Tu voluntad es mi delicia, no olvidaré tus palabras. /R.

Ábreme los ojos, y contemplaré las maravillas de tu voluntad. /R.

Instrúyeme en el camino de tus decretos, y meditaré tus maravillas. /R.

Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. /R.

Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. /R.


Evangelio: Mc 10,1-12.

Y desde allí se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba. Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?». Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?». Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio». 


Reflexión:

La pregunta de los fariseos es capciosa. Jesús, en su respuesta supera el casuismo; va a “lo primero”, al principio y a los principios. Los casos concretos hay que abordarlos “pastoralmente”, pero los criterios son innegociables. Jesús fue inmisericorde con el pecado y misericordioso con los pecadores. No se solucionan los problemas “legalizándolos”, sino “evangelizándolos”. También el del divorcio. El matrimonio, como toda decisión humana, está sometido a “eventualidades”, y para abordarlas no debe recurrirse a salidas incorrectas. Jesús conoce los problemas de los matrimonios “difíciles” y seguramente comprende situaciones en las que podía resultar “inevitable” la ruptura (Mt 5,32). Pero él alienta la comunión, porque “Ya no son dos sino una sola carne”. No son dos los que se separan; es uno que se divide. El trato misericordioso no impide la exposición clara de los principios.


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