Viernes 11ª semana Tiempo Ordinario 3ª de salterio
San Luis Gonzaga.
Primera lectura: 2 Reyes 11, 1-4. 9-18. 20
Ungieron a Joás y gritaron: “¡Viva el rey!”
Salmo: 131, 11. 12. 13-14. 17-18
R/. El Señor ha escogido a Sion,
la ha querido por morada suya.
Evangelio: Mateo 6, 19-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—No acumulen riquezas en este mundo pues las riquezas de este mundo se apolillan y se echan a perder; además, los ladrones perforan las paredes y las roban. Acumulen, más bien, riquezas en el cielo, donde no se apolillan ni se echan a perder y donde no hay ladrones que entren a robarlas. Pues donde tengas tus riquezas, allí tendrás también el corazón.
Los ojos son lámparas para el cuerpo. Si tus ojos están sanos, todo en ti será luz; pero si tus ojos están enfermos, todo en ti será oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra será tu propia oscuridad!
Reflexión:
Jesús invita a una inversión en valores no perecederos, sin de caduci dad ni riesgos de devaluación, a dar luminosidad a la vida y, desde ahí, a ser luminosos. Además, invita verificar dónde tenemos el corazón. Y aporta un criterio práctico: donde está tu tesoro allí está tu corazón. ¿Dónde está mi corazón? ¿Quién es mi tesoro? Para eso se necesita una mirada profunda y sencilla, iluminada por la Palabra de Dios. Si no, todo será oscuridad y confusión. A veces decimos que nuestro tesoro está en Dios -es la respuesta “religiosa”-, pero ¿dónde está nuestro corazón?- es la respuesta existencial-. La verdadera posición en la vida la marca el amor: ¿qué amamos, a quién amamos, y cómo amamos? A veces hay que “amputar” para sanar el cuerpo y salvar la vida. ¿Dónde invertimos? ¿Qué luz guía nuestros pasos? ¿Qué riesgos estamos dispuestos a correr por Jesús?.