Viernes Fiesta 28º Semana Ordinario 4º de salterio
San Lucas Evangelista.
Primera lectura: 2 Timoteo 4, 10-17b
Lucas es el único que está conmigo.
Salmo: 144, 10-11. 12-13ab. 17-18
R/. Que tus fieles, Señor,
proclamen la Gloria de tu reino.
Evangelio: Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa. Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”.
Reflexión:
La fiesta de san Lucas nos recuerda la necesidad de volver al Evangelio y de devolver el Evangelio, en traducción personal y fiel, al mundo. Ser evangelio viviente escrito con los caracteres de la propia vida. Es nuestra misión, a la que Jesús nos envía como a los primeros setenta y dos. Misión hay, ¿pero hay misioneros? Orar para que Dios envíe obreros a su mies no para que vayan otros a la misión sino para que sintamos nosotros la responsabilidad misionera y la respondamos. Jesús advierte del riesgo que comporta. Les diseña el paisaje (hostil y complicado), el bagaje (ligeros de equipaje) y el mensaje (la paz y el anuncio del Reino verificado en obras). Hay que volver al Evangelio y reescribirlo desde la propia vida. Hay que vivir el Evangelio y en el Evangelio. Es la vocación y la misión del discípulo. ¡Poneos en camino!