Martes 6ª Semana Ordinario 4ª de Salterio

San Simeón.

Primera lectura: Gén 6,5-8; 7,1-5.10;

Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra y que todos los pensamientos de su corazón tienden siempre y únicamente al mal, el Señor se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra y le pesó de corazón. Dijo, pues, el Señor: «Voy a borrar de la superficie de la tierra al hombre que he hecho, junto con los cuadrúpedos, reptiles y aves del cielo, pues me pesa haberlos hecho». Pero Noé obtuvo el favor del Señor.

El Señor dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en tu generación. De cada animal puro toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; y lo mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la especie en la tierra. Dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante cuarenta días con sus noches, y borraré de la superficie del suelo a todos los vivientes que he hecho». Noé hizo todo lo que le mandó el Señor. Pasados siete días, las aguas del diluvio cubrieron la tierra. 


Salmo: Sal 28,1ª. 2. 3ac. 4-3b. 9c-10;

R/.El Señor bendice a su pueblo con la paz

Hijos de Dios, aclamad al Señor, 
aclamad la gloria del nombre del Señor, 
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas, 
el Señor sobre las aguas torrenciales. 
La voz del Señor es potente, 
la voz del Señor es magnífica. R/.

El Dios de la gloria ha tornado. 
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!» 
El Señor se sienta por encima del aguacero, 
el Señor se sienta como rey eterno. R/.


Evangelio: Mc 8,14-21.

 A los discípulos se les olvidó tomar pan y no tenían más que un pan en la barca. Y él les ordenaba diciendo: «Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes». Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes. Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?». Ellos contestaron: «Doce». «¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?». Le respondieron: «Siete». Él les dijo: «¿Y no acabáis de comprender?». 


Reflexión:

No solo los fariseos no entendían a Jesús, parece que los mismos discípulos, a pesar de vivir con él, tampoco lo entendían muy bien. Lo de guardarse de la levadura de los fariseos y Herodes les sonaba a una “indirecta” por su falta de previsión para proveerse de pan. Pero Jesús les hablaba de guardarse de la hipocresía de los fariseos y de la ambición de poder de Herodes. Estaban todavía un poco verdes para alcanzar la madurez del discipulado. Las palabras recriminatorias a los discípulos son fuertes: “¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, y oídos y no oís?”. Y esas palabras ¿no pueden interpelarnos también a nosotros? La contraposición panes / pan ¿tiene alguna intencionalidad teológica? ¿Es algo así como decirles que no tenían panes, pero le tenían a él, el Pan verdadero?


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