Jueves Ordinario 28ª Semana 2ª de Salterio

Santa Margarita

Primera lectura: Rom 3,21-30;

Hermanos: Ahora, sin la ley se ha manifestado la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los Profetas; 22justicia de Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen. Pues no hay distinción, ya que todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención realizada en Cristo Jesús. Dios lo constituyó medio de propiciación mediante la fe en su sangre, para mostrar su justicia pasando por alto los pecados del pasado en el tiempo de la paciencia de Dios; actuó así para mostrar su justicia en este tiempo, a fin de manifestar que era justo y que justifica al que tiene fe en Jesús. Y ahora, ¿dónde está la gloria? Queda eliminada. ¿En virtud de qué ley? ¿De la ley de las obras? No, sino en virtud de la ley de la fe. Pues sostenemos que el hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley. ¿Acaso Dios lo es solo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? También lo es de los gentiles, si es verdad que no hay más que un Dios, el cual justifica a los circuncisos en virtud de la fe y a los no circuncisos también por la fe.


Salmo: Sal 129,1b-2. 3-4. 5-7ab;

R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Desde lo hondo a Ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de Ti procede el perdón, y así infundes temor. R/.

Mi alma espera en el Señor, espera en su Palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora. R/.


Evangelio: Lc 11,47-54.

En aquel tiempo dijo el Señor: Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, ¡a quienes mataron vuestros padres! Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros les edificáis mausoleos. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: “Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos de ellos los matarán y perseguirán”; y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!». Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.


Reflexión:

Sigue Jesús denunciando la corrupción del “sistema” religioso, en este caso el doctrinarismo frío, impositivo y rígido de los maestros de la ley, que hacían de la normativa religiosa una carga pesada, apoderándose de “las llaves de la ciencia”, cerrando puertas, quedándose ellos fuera porque no cumplían lo que enseñaban, e impidiendo la entrada a los sencillos. Denuncias que permanecían vivas en la comunidad lucana de entonces, pues algunos cristianos podían sentirse atraídos por el ritualismo y rigorismos de los fariseos y del los  maestros de la ley como garantías de seguridad; y que también siguen siendo válidas para nosotros, invitándonos a evitar juzgar por las apariencias y a no hacer de la fe una carga ritual o puramente externa. ¡Estamos advertidos!


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