Lunes 6ª semana Tiempo Ordinario 2ª semana de salterio

Santa Eulalia

Primera lectura: Santiago 1, 1-11

La autenticidad de vuestra fe produce paciencia, para que seáis perfectos e íntegros.
 


Salmo: 118, 67. 68. 71. 72. 75. 76

R/. Cuando me alcance tu compasión, viviré, Señor.
 


Evangelio: Marcos 8, 11-13

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús. Para tenderle una trampa, le pidieron que hiciera alguna señal milagrosa de parte de Dios.
Pero Jesús, suspirando profundamente, dijo:
—¿Por qué pide esta gente una señal milagrosa? ¡Les aseguro que no se les dará señal alguna!
Y, dejándolos, se embarcó de nuevo y pasó a la otra orilla del lago.

 


Reflexión:

Jesús ha sembrado la inquietud y los fariseos le piden una señal del cielo que le acredite.  La pregunta de los fariseos es una formulación de la tentación diabólica (cf. Mt 4). La reacción de Jesús (v 12) es significativa.  El suspiro no solo es de lamentación por la incredulidad, sino que es mencionado cuando se describe la lucha contra los espíritus inmundos. El fariseísmo tenía “su” imagen de Dios, y a ésta debía acomodarse el mismo Dios. Dios debía legitimarse, y legitimar a Jesús, porque Dios no podía ser así. La respuesta de Jesús es inequívoca: es la fe la que convierte el milagro en signo, si no, este solo es un prodigio. Y dejándolos se va a la orilla opuesta, que no es solo una “orilla opuesta” geográfica sino existencial (v 13). No es infrecuente, también entre nosotros exigir “pruebas” para creer; olvidando que la prueba de la verdadera fe es renunciar a pedir “pruebas”.


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