Viernes 1º Semana Adviento 1º de salterio
San Nicolás.
Primera lectura: Isaías 29, 17-24
Aquél día verán los ojos de los ciegos.
Salmo: 26, 1. 4. 13-14
R/. El Señor es mi luz, y mi salvación.
Evangelio: Mateo 9, 27-31
En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, suplicando a voces:
—¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!
Cuando entró en casa, los ciegos se le acercaron y Jesús les preguntó:
—¿Creen ustedes que puedo hacer esto?
Ellos le contestaron:
—Sí, Señor.
Entonces les tocó los ojos y dijo:
—Que se haga en ustedes conforme a la fe que tienen.
Se les abrieron al punto los ojos y Jesús les ordenó:
—Procuren que nadie lo sepa.
Ellos, sin embargo, en cuanto salieron, comenzaron a divulgarlo por toda la región.
Reflexión:
Cristo es la luz que ha venido a iluminar. Los dos ciegos son ejem plo de buscadores de la luz. Invocan a Jesús como Mesías y res ponden a un cuestionario básico: “¿Creéis que puedo hacerlo?”. Esta pregunta interpela también a nosotros, que muchas veces oramos ritualmente, sin convicciones profundas. “La fe hace milagros” decimos y Jesús lo confirma: “Que os suceda conforme a vuestra fe”. La pregunta de Jesús debe ser escuchada y respondida con verdad y sinceridad: ¿creemos en Jesús?, ¿en su capacidad sanadora y salvadora? Dios se deja medir por nuestra fe; ha puesto en nuestras manos la posibilidad del
milagro. Pero, ¿qué tipo de fe? Una fe que no desconfía aunque las cosas no nos sucedan según los propios deseos, porque esa fe no es solo fe en el poder de Dios sino, y sobre todo, en su amor y en su bondad, que va y ve más allá de nuestras inmediatas previsiones y expectativas. Dios sabe de qué tenemos necesidad (Mt 6,32).