Viernes 13ª semana Tiempo Ordinario 1ª de salterio

San Antonio María Zacarías.

Primera lectura: Amós 8, 4-6. 9-12

Enviaré hambre al país, no de pan, sino de escuchar las palabras del Señor.
 


Salmo: 118, 2. 10. 20. 30. 40. 131

R/. No solo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra pronunciada por Dios.

 


Evangelio: Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo que estaba sentado en su despacho de recaudación de impuestos, y le dijo:
—Sígueme.
Mateo se levantó y lo siguió.
Más tarde, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Mateo, acudieron muchos recaudadores de impuestos y gente de mala reputación, que se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
—¿Cómo es que su Maestro se sienta a comer con esa clase de gente?
Jesús lo oyó y les dijo:
—No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. A ver si aprenden lo que significa aquello de: Yo no quiero que
me ofrezcan sacrificios, sino que sean compasivos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores.

 


Reflexión:

La llamada de Jesús a Mateo es significativa: lo “erradica” de un modo de vida sedentario y burocrático para “radicarlo” en otro modo de vida itinerante y carismática. Jesús siempre desinstala para introducir al hombre en su seguimiento. Además incorpora a su seguimiento sin prejuicios ni líneas rojas, porque ha venido a superar todo aquello que aísla y descalifica. Su presencia es misericordiosa y gratuita. Mateo aceptó la propuesta de Jesús y esto le cambió la vida. Eso le convirtió en apóstol y, según la tradición, en evangelista. Y esa es nuestra vocación: escribir el evangelio y anunciarlo con la vida. La llamada a Mateo nos descubre que no hay espacios impermeables para la llamada de Dios. Solo hay quienes se inmunizan ante la llamada.
 


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