Lunes 9ª semana Tiempo Ordinario 1ª de salterio
San Carlos Lwanga, Compañeros Mártires.
Primera lectura: 2 Pedro 1, 2-7
Se nos han concedido las preciosas promesas, para que, por medio de ellas, seáis partícipes de la naturaleza divina.
Salmo: 90, 1-2. 14-15ab. 15c-16
R/. Dios mío, confío en ti.
Evangelio: Marcos 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos
sacerdotes, a los escribas e a los ancianos:
—Un hombre plantó una viña, la cercó con una valla, construyó un lagar y levantó una torre; luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. En el tiempo oportuno envió un criado para percibir de los labradores la parte correspondiente del fruto de la viña. Pero ellos le echaron mano al criado, lo golpearon y lo mandaron de vuelta con las manos vacías. Volvió a enviarles otro criado, y ellos lo hirieron en la cabeza y lo llenaron de injurias. Luego mandó a otro, y a este lo asesinaron. Y lo mismo hicieron con otros muchos; a unos los hirieron y a otros los mataron. Cuando al amo ya únicamente le quedaba su hijo querido, lo envió
por último a los viñadores pensando: «A mi hijo lo respetarán». Pero aquellos labradores se dijeron unos a otros:
«Este es el heredero. Matémoslo, y la herencia será nuestra». Y, echándole mano, lo asesinaron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará, pues, el dueño de la viña? Llegará, hará perecer a esos labradores y dará la viña a otros.
¿No han leído ustedes este pasaje de las Escrituras:
La piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en la piedra principal.
Esto lo ha hecho el Señor, y nos resulta verdaderamente maravilloso?
Sus adversarios comprendieron que Jesús se había referido a ellos con esta parábola. Por eso trataban de apresarlo, aunque finalmente
desistieron y se marcharon, porque temían a la gente.
Reflexión:
Con esta parábola Jesús denuncia la tozudez de un sistema cerrado herméticamente a la acción pastoral de Dios. Y advierte del peli gro de creerse “señores de la viña”. Jesús advierte del peligro deservirse, en vez de servir; de apropiarse de la viña, en vez de cultivarla con dedicación y sudor para ofrecer los frutos al dueño verdadero. Jesús denuncia la apropiación indebida de los dones de Dios. Los dirigentes se habían apropiado la viña del Señor y rechazado a los enviados de Dios y
al Enviado. Un peligro presente también entre nosotros: apropiarnos la “viña” y desoír la llamada del Enviado.