Lunes 13ª semana Tiempo Ordinario 1ª de salterio
San Simeón. San Casto, San Secundino.
Primera lectura: Amós 2, 6-10. 13-16
Pisotean en el polvo de la tierra la cabeza de los pobres.
Salmo: 49, 16-bc-17. 18-19. 20-21. 22-23
R/. Entiéndanlo bien los que olvidan a Dios.
Evangelio: Mateo 8, 18-22
En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba una gran multitud, mandó que lo llevaran a la otra orilla del lago.
Allí se le acercó un maestro de la ley, que le dijo:
—Maestro, estoy dispuesto a seguirte adondequiera que vayas.
Jesús le contestó:
—Las zorras tienen guaridas y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza.
Otro que ya era discípulo suyo le dijo:
—Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.
Jesús le contestó:
—Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.
Reflexión:
Dos personas se acercan a Jesús. Al escriba que quiere seguirle, le propone la hoja de ruta: una vida sin techo, al aire libre, en la providencia del Padre. Al discípulo, que le pide un “permiso” para cumplir con sus deberes familiares, le recuerda que debe liberarse de los peajes del mundo. No está exigiendo la impiedad para con los padres. Los “muertos” no son los padres, sino todo “lo muerto” y lo que aparta del seguimiento. El seguimiento de Jesús desubica y reubica en otros espacios. La pobreza a la que invita hace libres, porque es una opción por la libertad. Es la pobreza “enriquecedora” (2 Cor 8,9). El seguimiento de Jesús no obedece al “instinto” sino a la “inspiración”. No es cuestión de “buenos deseos”. Seguir no es “ir detrás”, sino acompañar y proseguir a Jesús.