Viernes 2ª Semana Cuaresma 2ª semana del salterio

San Rosendo

Primera lectura: Génesis 37, 3-4. 12-13a. 17b-28

Ahí viene el soñador; vamos a matarlo.
 


Salmo: 104, 16-17. 18-19. 20-21

R/. Recuerden las maravillas que hizo el Señor.
 


Evangelio: Mateo 21, 33-43. 45-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
—Escuchen esta otra parábola: Una vez un padre de familia plantó una viña, la cercó con una valla, construyó un lagar y levantó en ella una torre; luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió sus criados para percibir de los labradores el fruto que le correspondía. Pero los labradores, cayendo sobre los criados, golpearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
El amo envió otros criados, en mayor número que la primera vez; pero los labradores hicieron lo mismo con ellos. Por último envió a su propio hijo, pensando: «A mi hijo lo respetarán». Pero cuando los labradores vieron que se trataba del hijo del amo, se dijeron: «Este es el heredero. Matémoslo, y apoderémonos de su herencia». Y, echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo asesinaron. Por tanto, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?

Contestaron a Jesús:
—Son unos miserables; los hará perecer sin compasión y confiará la viña a otros labradores que le entreguen a su tiempo el fruto que le corresponda.
Añadió Jesús:
—¿Acaso no han leído ustedes en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en la piedra principal. 
Esto lo ha hecho el Señor, y nos resulta verdaderamente maravilloso? Por eso, les digo que el reino de Dios se les quitará a ustedes y será entregado a un pueblo que produzca los frutos que corresponden al Reino.
Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos oyeron estas parábolas de Jesús, comprendieron que se refería a ellos. Por eso buscaban la manera de apresarlo; pero temían a la gente, porque muchos lo consideraban profeta.

 


Reflexión:

Dirigida a los que se consideraban los poseedores y administrado res de la verdad religiosa, Jesús advierte del peligro de sentirse “señores” en vez de “servidores” y “buscadores” de la misma. No es infrecuente sentirse agredidos por la verdad que nos cuestiona e inmunizarnos ante ella. También puede ocurrirnos ante el Evangelio. Se trata de reconocer -“¿Cuándo te vimos…?”-, de acoger -“Estoy a la puerta llamando”-, y de construir sobre Cristo, la piedra angular. La irresponsabilidad de los labradores les llevó a creerse los dueños de la misma. Desposeídos de ella, se entrega a otros trabajadores de los que se espera más responsabilidad. La parábola sintetiza una historia de salvación rechazada; pero advierte de que esa posibilidad no se ha terminado. Ese riesgo permanece aún para los nuevos destinatarios, de los que Dios espera que den sus frutos. Los sacerdotes y los fariseos (los hombres religiosos de entonces) se dieron por aludidos. ¿Nos damos nosotros por aludidos?
 


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