Miércoles Tiempo de Navidad
Solemnidad Santa María, Madre de Dios
Primera lectura: Núm 6,22-7
El Señor habló a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El Señor te muestre su rostro y te conceda la paz”.
Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré».
Salmo: Salmo: Sal 66,2-3. 5-6 y 8;
V/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
V/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros:
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
V/. Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
y gobiernas las naciones de la tierra.
R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra.
R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
Segunda lectura: Gál 4,4-7;
Hermanos:
Mas cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, 5para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial. 6Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba, Padre!». 7Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Evangelio:
En aquel tiempo, fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores.
María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
Reflexión:
El año se abre, en esta solemnidad, con una bendición (1ª lectura)-, continúa con una invocación para que Dios tenga piedad y nos bendiga (salmo responsorial), bendición cumplida, al llegar la plenitud de los tiempos, en su Hijo, Jesucristo (2ª lectura), y que nos trajo María, engendrándolo y alumbrándolo en Belén (Evangelio). La fiesta de santa María, Madre de Dios, es la fiesta de la bendición de Dios, Jesucristo. Por eso la aclamarán bendita todas las generaciones, porque nos trajo al “Bendito”. Dios la eligió para ser la madre de su Hijo, y su Hijo la eligió para madre nuestra. “Salve, Señora, Reina santa, Madre santa de Dios, María. Eres Virgen hecha Iglesia”, la invocaba san Francisco de Asís. “Madre de Dios” no es un título honorífico ni poético, sino la realidad más profunda de María.