Lunes 17º semana Tiempo Ordinario 1ª de salterio
Santa Marta.
Primera lectura: Jeremías 13, 1-11
El pueblo será como ese cinturón que ya no sirve para nada.
Salmo: Deuteronomio 32, 18-21
R/. Despreciaste a la Roca que te engendró.
Evangelio: Mateo 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente:
—El reino de los cielos puede compararse al grano de mostaza que el labrador siembra en el campo. Se trata, por cierto, de la más pequeña de todas las semillas, pero luego crece más que las otras plantas y llega a hacerse como un árbol, hasta el punto de que en sus ramas anidan los pájaros.
También les dijo: —El reino de los cielos puede compararse a la levadura que toma una mujer y la mezcla con tres medidas de harina para que fermente toda la masa.
Jesús expuso todas estas cosas en parábolas a la gente, y sin parábolas no les decía nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
Hablaré utilizando parábolas; pondré de manifiesto cosas que han estado ocultas desde el principio del mundo.
Reflexión:
La auténtica dimensión de las cosas, también la del Reino, no está en la apariencia ni reside en el “tamaño” sino en la energía. La parábola de la mostaza le sirve a Jesús para ayudar a comprender el misterio del Reino de Dios. Él fue ese grano de mostaza. Y con la de la levadura quiso destacar su dinamismo. Él es también la levadura capaz de hacer crecer la masa. Pero, además, desvela la estrategia de Dios: su opción por lo menor, que “ha elegido lo que no cuenta para confundir a lo que cuenta” (1 Cor 1,28). Los parámetros de Dios contrastan profundamente con los de los poderosos. La Iglesia no debe olvidarlo nunca, y no ha de medirse desde lo “grandioso” sino desde lo “menor”. ¿Aceptamos ser grano y levadura?.