Sábado 4ª semana Tiempo Pascual
Nuestra Señora de Montserrat
Primera lectura: Hechos 13, 44-52
Sabed que nos dedicamos a los gentiles.
Salmo: 97, 1-2ab. 2cd-3ab. 3cd-4
R/. Han visto los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.
Evangelio: Juan 14, 7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre, a quien en realidad ya desde ahora conocen y han visto.
Entonces intervino Felipe:
—Señor, muéstranos al Padre; con eso nos conformamos.
Jesús le contestó:
—Llevo tanto tiempo viviendo con ustedes, ¿y aún no me conocen, Felipe? El que me ve a mí, ve al Padre. Y si es así, ¿cómo me pides que les muestre al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que yo les he enseñado no ha sido por mi propia cuenta. Es el Padre quien realiza sus obras viviendo en mí. Deben creerme cuando afirmo que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Den crédito, al menos, a las obras que hago. Les aseguro que el que crea en mí hará también lo que yo hago, e incluso cosas mayores. Porque yo me voy al Padre y todo lo que pidan en mi nombre se lo concederé a ustedes, para que en el Hijo se manifieste la gloria del Padre. Lo que pidan en mi nombre, yo se lo concederé.
Reflexión:
Jesús es el revelador de Dios: para eso vino. Y lo hizo con un lenguaje cercano: un Dios con nombre humano, con voluntad humana y co razón humano. Un Dios cuya omnipotencia no es prepotencia; cuyaeternidad no es mera duración. Un Dios que se olvida de su causa para identificarla con la del hombre; que prefiere la misericordia al sacrificio. Que no pide, sino que da y se da; que no humilla, sino que levanta; que no hiere, sino que cura. ¡Dios es así! Así nos le reveló Jesús. Nos cuesta reconocer al Dios revelado en Jesús. Nos cuesta menos aceptar un Dios todopoderoso y eterno (que en el fondo no nos dice nada pero nos deja más tranquilos) que un Dios humilde y postrado (que nos intranquiliza). La respuesta a Felipe sigue siendo válida: “¿Y tanto tiempo que estoy con vosotros, y no me conoces?”. ¿También nosotros, que nos llamamos cristianos, lo conocemos y lo damos a conocer?