Martes 2ª Semana Cuaresma 2ª semana del salterio

San Gabriel de la Dolorosa

Primera lectura: Isaías 1, 10. 16-20

Aprended a hacer el bien, buscad la justicia.
 


Salmo: 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23

R/. Al de conducta íntegra le haré ver la salvación de Dios.
 


Evangelio: Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús se dirigió a la gente y a sus propios discípulos y les dijo:
—Los maestros de la ley y los fariseos han sido los encargados de interpretar la ley de Moisés. Obedézcanlos, pues, y cumplan cuanto les digan; pero no imiten su conducta, porque ellos mismos no hacen lo que enseñan: echan cargas pesadas e insoportables sobre los hombros de los demás, pero ellos no están dispuestos a mover ni siquiera un dedo para llevarlas.
Todo lo hacen para que la gente los vea. Usan filacterias más anchas y flecos más largos que ningún otro; les gusta ocupar los primerospuestos en los banquetes, sentarse en los lugares preferentes en las sinagogas, ser saludados en público y que la gente los llame «maestros».
Ustedes, en cambio, no se hagan llamar «maestro»; el único maestro de ustedes es Cristo y todos ustedes son hermanos unos de otros.
Ni tampoco llamen a nadie «padre nuestro» en este mundo, porque el único Padre de ustedes es el del cielo.
Ni tampoco se hagan llamar «maestros», porque el único maestro de ustedes es Cristo.
El más grande entre ustedes será el que se ponga al servicio de los demás.
Al que se ensalce a sí mismo, Dios lo humillará; pero al que se humille a sí mismo, Dios lo ensalzará.

 


Reflexión:

Jesús advierte de la incoherencia entre el decir y el hacer, y de todo clasismo en la comunidad: Solo Criasto y el Padre. Un Maestro, un Padre, un Consejero, denunciando la arrogancia de los que se creen ilegítimamente “maestros” y “guías” espirituales. El verdadero maestro precede
y acredita su mensaje con la vida. Vive para el Mensaje, no del Mensaje. El cristiano tiene un Maestro, Cristo: revelador de Dios Padre y de la Verdad. Son advertencias dirigidas por Jesús a los “maestros” de entonces, y válidos contra los “resabios” “magisteriales” y “presidencialistas” aparecidos ya en los orígenes de la comunidad cristiana. San Pablo avisaba a Timoteo de aquellos que se buscan “maestros a su medida” (II Tm 4,3).
La comunidad debe ser una fraternidad y debe funcionar con esos criterios. La precedencia en la comunidad la da la humildad, porque “humildad
es andar en verdad” (Sta. Teresa).


 


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