Lunes 21º semana Tiempo Ordinario 1ª de salterio
Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars.
Primera lectura: 2 Tesalonicenses 1, 1-5. 11b-12
El nombre del Señor será glorificado en vosotros y vosotros en él.
Salmo: 95, 1-2a. 2b-3. 4-5
R/. Pregonen entre todos los pueblos
las maravillas del Señor.
Evangelio: Mateo 23, 13-22
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo:
—¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que cierran a la gente la entrada en el reino de los cielos! Ni entran ustedes ni
dejan entrar a los que quieren entrar.
¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que devoran las haciendas de las viudas y que, para disimular, pronuncian largas
oraciones! Por eso ustedes recibirán mayor castigo.
¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que recorrentierra y mar en busca de un prosélito y, cuando lo han conseguido, hacen de él un modelo de maldad dos veces peor que ustedes mismos!
¡Ay de ustedes, guías de ciegos, que dicen: «Jurar por el Templo no compromete a nada. Lo que compromete es jurar por el oro del Templo»! ¡Estúpidos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el Templo por el que el oro queda consagrado?
Y dicen también: «Jurar por el altar no compromete a nada. Lo que compromete es jurar por la ofrenda que está sobre el altar». ¡Ciegos!
¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar por el que la ofrenda queda consagrada? El que jura por el altar, jura también por todo lo que hay sobre él; el que jura por el Templo, jura también por aquel que vive dentro de él. Y el que jura por el cielo, jura también por el trono de Dios y por Dios mismo, que se sienta en ese trono.
Reflexión:
Estas palabras de Jesús solemos aplicarlas a los otros -¡Ay de voso tros!-, pero no a nosotros, y son también para nosotros, porque es tamos expuestos a la hipocresía de predicar lo que no practicamos, al legalismo exteriorista… Estas palabras deben contemplarse a dos niveles: el de Jesús, el original, y el de la primitiva comunidad de discípulos. E importa más la autocrítica cristiana que encierran que la crítica externa de los escribas y fariseos de entonces. Jesús denuncia la hipocresía, que reviste formas muy variadas y sutiles: la autosuficiencia (ni entran ni dejan entrar), el proselitismo (para ser más en número), la incoherencia. La hipocresía puede deslumbrar momentáneamente, pero más pronto que tarde muestra su vaciedad. No es constructiva.