Viernes 7ª semana Tiempo Ordinario 3ª de salterio

San Francisco de Sales, Santa María Auxiliadora.

Primera lectura: Santiago 5, 9-12

Mirad : el juez está ya a las puertas.
 


Salmo: 102, 1-2. 3-4. 8-9. 11-12

R/. El Señor es clemente y compasivo.
 


Evangelio: Marcos 10, 1-12

En aquel tiempo, Jesús se fue a la región de Judea, situada en la otra orilla del Jordán. Allí la gente volvió a reunirse a su alrededor, y él, como tenía por costumbre, se puso de nuevo a instruirlos.
En esto se le acercaron unos fariseos y, para tenderle una trampa, le preguntaron si está permitido al marido separarse de su mujer.
Jesús les contestó:
—¿Qué les mandó Moisés a ustedes?
Ellos dijeron:
—Moisés dispuso que el marido levante acta de divorcio cuando vaya a separarse de su mujer.
Jesús entonces les dijo:
—Moisés escribió esa disposición a causa de que ustedes son incapaces de entender los planes de Dios; pero Dios, cuando creó al género humano, los hizo hombre y mujer. Por esta razón, dejará el hombre a sus padres, [se unirá a su mujer] y ambos llegarán a ser como una sola persona. De modo que ya no son dos personas, sino una sola. Por tanto, lo que Dios ha unido no deben separarlo los humanos.
Cuando volvieron de nuevo a casa, los discípulos preguntaron a Jesús qué había querido decir.
Él les contestó:
—El que se separa de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si una mujer se separa de su marido y se casa con otro, también comete adulterio.

 


Reflexión:

No es infrecuente hacer preguntas capciosas, para enredar. Jesús en su respuesta a la pregunta sobre el divorcio supera el casuis mo; va a “lo primero”, al principio y a los principios. Los casos concretos hay que abordarlos “pastoralmente”, pero los criterios no son negociables. Jesús fue inmisericorde con el pecado, y misericordioso con los pecadores. No se solucionan los problemas “legalizándolos” sino iluminándolos, “evangelizándolos”. También el problema del divorcio. Jesús contempla la realidad no desde el casuismo sino desde sus principios originales. El matrimonio, como toda decisión humana, está sometido a “eventualidades”, pero para abordarlas no debe recurrirse a salidas incorrectas… Jesús conoce los problemas de los matrimonios “difíciles” y seguramente comprende situaciones en las que podía resultar “inevitable” la ruptura (Mt 5,32). Pero él alienta la comunión. No son dos los que se separan; es uno que se divide. El trato misericordioso no impide la exposición clara de los principios.
 


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