Jueves 5ª Semana de Cuaresma

San Filemón

Primera lectura: Génesis 17, 3-9

Serás padre de muchedumbre de pueblos.
 


Salmo: 104, 4-5. 6-7. 8-9

R/. El Señor recuerda eternamente su alianza.
 


Evangelio: Juan 8, 51-59

En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos:
—Les aseguro que el que acepta mi mensaje, jamás morirá.
Al oír esto, los judíos le dijeron:
—Ahora estamos seguros de que estás endemoniado. Abrahán murió, los profetas murieron, ¿y tú dices que quien acepta tu mensaje jamás morirá? ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abrahán? Tanto él como los profetas murieron. ¿Por quién te tienes tú?
Jesús respondió:
—Si yo me alabara a mí mismo, mi alabanza carecería de valor. Pero el que me alaba es mi Padre; el mismo de quien ustedes dicen que es su Dios. En realidad no lo conocen; yo, en cambio, lo conozco, y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y cumplo sus mandatos. Abrahán, el padre de ustedes, se alegró con la esperanza de ver mi día; lo vio y se alegró.
Los judíos le replicaron:
—¿De modo que tú, que aún no tienes cincuenta años, has visto a Abrahán?
Jesús les respondió:
—Les aseguro que antes de que Abrahán naciera, existo yo.

Intentaron, entonces, apedrearlo; pero Jesús se escondió y salió delTemplo.
 


Reflexión:

La palabra de Jesús, y Jesús como la Palabra, es fuente de la Vida. El que cree en él no morirá “para siempre”. Superará esta muerte pri mera, evidente e irreversible, porque “Morir solo es morir. Morir seacaba. Morir es una hoguera fugitiva. Es cruzar una puerta a la deriva y encontrar lo que tanto se buscaba” (M. Descalzo). “Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; así que cuando morimos descansamos (J. Manrique). Jesús nos invita a confiar en él y a mantenernos en su palabra. Él tiene palabras de vida eterna. Y esa veracidad y vitalidad proceden del conocimiento íntimo que tiene de Dios. Lo conoce por dentro y desde dentro. Es el testimonio veraz del Padre, y el Padre es el testimonio más veraz de Jesús.
 


  • Compártelo!