Martes 1ª Semana de Cuaresma 1ª semana de salterio

San Euquerio, San Eleuterio

Primera lectura: Isaías 55, 10-11

Mi palabra cumplirá mi deseo


Salmo: Salmo 33, 4-5. 6-7. 16-17- 18-19

R/. El Señor libra de todas sus angustias a los justos.


Evangelio: Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—Cuando oren, no se pongan a repetir palabras y palabras; eso es lo que hacen los paganos imaginando que Dios los va a escuchar porque alargan su oración. No sean iguales a ellos, pues el Padre sabe de qué tienen necesidad aun antes que le pidan nada. Ustedes deben orar así:

Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra
lo mismo que se hace en el cielo.
Danos hoy el pan que necesitamos.
Perdónanos el mal que hacemos,
como también nosotros perdonamos
a quienes nos hacen mal.
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos del maligno.

Porque, si ustedes perdonan a los demás el mal que les hayan hecho, también les perdonará a ustedes el Padre celestial. Pero, si no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará los pecados que hayan cometido.


Reflexión:

La oración cristiana no es cuestión de palabras sino comunicación filial con Dios. Él nos sondea y conoce, no ha llegado la palabra a nuestros labios y ya Él la sabe toda (Sal 139,4). El Padrenuestro es a la vez confesión de fe y proyecto de vida. Nos muestra el rostro y el nombre de Dios, y las implicaciones de ese nombre y de ese rostro en la vida. Es la oración de los hombres libres que perdonan, comparten y luchan; la oración de los hijos de Dios, y todo hombre lo es; la oración que no es solo un modo de hablar a Dios sino de vivir ante Dios entre los hombres. ¿No nos habremos inmunizado ante esta oración? ¿Sentimos a Dios como Padre? ¿Nos sentimos sus hijos? ¿Nos interesa su Reino? ¿Abrimos nuestra vida a su voluntad? ¿Perdonamos de corazón? El Padrenuestro debería ser el test para examinar nuestra conciencia, y ver si es cristiana.


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