Sábado 28º Semana Ordinario 4º de salterio

San Pedro Alcántara.

Primera lectura: Efesios 1, 15-23

El Padre dio a Cristo como Cabeza, sobre todo, a la Iglesia, que es su cuerpo.
 


Salmo: 8, 2-3a. 4-5. 6-7a

R/. Has puesto a tu hijo al frente de tus obras.
 


Evangelio: Lucas 12, 8-12

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
—Todo aquel que me reconozca delante de los demás, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios.
Y, al contrario, si alguien me niega delante de los demás, también él será negado delante de los ángeles de Dios.
Si alguien habla contra el Hijo del hombre, podrá serle perdonado.
Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no será perdonado.
Cuando los lleven a ustedes a las sinagogas o ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo han de hablar o qué han de decir en defensa propia, porque en aquel mismo momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deban decir.

 


Reflexión:

Las advertencias de Jesús que nos transmite este texto están dirigidas a los discípulos: Hay que declararse por Jesús, sin ambigüeda des. No se puede servir a dos señores, ni basta con decir: “Señor, Señor. Advierte también del pecado contra el Espíritu: en cerrarse obstinada y culpablemente a la luz de la verdad y del amor de Dios que él ha venido a anunciar. Es imperdonable no porque Dios no pueda perdonar ni salvar, sino porque es hombre no acepta ser perdonado ni salvado por esa verdad y ese amor. Es la inmunización ante la Verdad de Dios revelada en Jesús. Y, finalmente, anima a no tener miedo antes las presiones, pues el Espíritu Santo, espíritu defensor, inspirará y fortalecerá el testimonio del discípulo. Declararse por Jesús supone acogerlo vitalmente y traducirlo realmente en la vida, perseveran fieles en la prueba. Como hizo san Pedro de Alcántara.
 


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