Sábado 13ª semana Tiempo Ordinario 1ª de salterio
Santa María Goretti.
Primera lectura: Amós 9, 11-15
Repatriaré a los desterrados de mi pueblo y los plantaré en su tierra.
Salmo: 84, 9. 11-12. 13-14
R/. Dios habla de paz a su pueblo.
Evangelio: Mateo 9, 14-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos de Juan el Bautista y le preguntaron:
—¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos tantas veces y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
Jesús les contestó:
—¿Pueden acaso estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos?
Ya llegará el momento en que les faltará el novio; entonces ayunarán. Nadie remienda un vestido viejo con una pieza de tela nueva, porque el remiendo tira de la tela, y el roto se hace mayor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque los odres se revientan, se derrama el vino y se pierden los odres. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos, para que ambas cosas se conserven.
Reflexión:
La propuesta de Jesús no es ascética sino nupcial. Él inagura lo nue vo en todos sus contenidos. A Jesús hay que “aprovecharlo”. No es un zurcido ni un apaño. Desde su llegada hay que vivir de otra manera, a “su” manera. Con Él ha llegado “la fiesta” verdadera. No es más de lo mismo. Es un tejido nuevo, un vino nuevo, un odre nuevo. “Lo viejo ha pasado, ha llegado lo nuevo” (2 Cor 5,17; cf. Ap 21,4-5). Jesús no elimina los contenidos -oración, ayuno y limosna-, los renueva en su sentido y en sus formas (cf. Mt 6). Mientras esté con nosotros el novio la vida es una “fiesta”; y el novio nos ha dicho que él está siempre con nosotros. Pero una fiesta peculiar: la suya, que no consiste en la diversión superficial sino en la conversión verdadera que llena de alegría hasta los mismos cielos (Lc 15,7).