Martes 13ª semana Tiempo Ordinario 1ª de salterio
San Urbano, San Vidal, San Marcia.
Primera lectura: Amós 3, 1-8; 4, 11-12
El Señor Dios ha hablado, ¿ quién no profecitará?.
Salmo: 5, 5-6. 7. 8
R/. Señor, guíame con tu justicia.
Evangelio: Mateo 8, 23-27
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca acompañado de sus discípulos, cuando de pronto se levantó en el lago una tempestad tan violenta que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había quedado dormido.
Los discípulos se acercaron a él y lo despertaron, diciendo:
—¡Señor, sálvanos! ¡Estamos a punto de perecer!
Jesús les dijo:
—¿A qué viene ese miedo? ¿Por qué es tan débil su fe?
Entonces se levantó, increpó a los vientos y al lago y todo quedó en calma.
Y los discípulos se preguntaban asombrados:
—¿Quién es este, que hasta los vientos y el lago le obedecen?
Reflexión:
La travesía de la vida no se hace sin “tempestades”. La impresión de estar a la deriva no es infrecuente. ¿Dónde está el Señor? ¡En nues tra nave! Y si él está con nosotros… Hay que hacer travesías peligrosas, en las que, a veces, parece que Jesús está “dormido”. Pero ese “sueño” es la oportunidad para que gestionemos nosotros los temas. Esun sueño que nos ayuda a madurar, a vivir pendientes de él pero no dependientes de él. El grito de los discípulos es la oración de todo discípulo; pero no una oración de miedo sino de confianza. Las palabras de Jesús no son una recriminación sino una exhortación a confiar en él, a tener fe.
¿Qué diría hoy, cuando ante la “tempestad” tantos aparecen dispuestos al abandono o a la crítica desesperanzada?