Jueves Pascua 2ª Semana 2ª de Salterio
S. José Obrero
Primera lectura: Gén 1,26-2,3;
Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra».
La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Dijo Dios: «Exista la luz». Y la luz existió.
Salmo: Sal 89,2-4.12-14.16;
R. Haz prósperas, Señor, las obras de nuestras manos.
Antes que naciesen los montes o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde siempre y por siempre tú eres Dios. - R.
reduces el hombre a polvo, diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un ayer, que paso; una vela nocturna. R.
Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R.
Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. R.
Evangelio: Mt 13,54-58.
En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: -«¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?» Y aquello les resultaba escandaloso. Jesús les dijo: -«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.» Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.
Reflexión:
El Hijo de Dios, Jesús, nació en el seno de una familia trabajadora. Era conocido como el “hijo del carpintero” y “el carpintero”. Aunque su trabajo más importante no fue el de la carpintería sino el de continuar y perfeccionar la obra creadora del Padre, el hombre, redimiéndolo, y en ese trabajo se jugó la vida. Hoy celebramos “el Día del trabajo”, y la liturgia de la Iglesia evoca la figura de san José obrero. Un día para orar al Señor por la “gracia” del trabajo digno y humanizador”. Para pedir por los trabajadores, por los que crean trabajo, por lo que aún no lo tienen, para que lo encuentren y puedan vivir con dignidad y autonomía. Pidámoslo por la intercesión de san José, de quién Jesús aprendió a ser hombre y trabajador.