Poder descansar
La Declaración Universal de los Derechos humanos, en el Art. 24, afirma que “toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas”. En estos meses de verano tratamos de organizarnos para encontrar algunos días de descanso, de desconexión, de visita familiar, etc...
Algunos hermanos diréis que no es fácil encontrar unos días de descanso dada la fragilidad de algunas de nuestras fraternidades. De la misma manera, otros familiares y amigos nos dicen que ha pasado a la historia el poder tener un mes seguido de vacaciones. Eso responde a otros tiempos. Las empresas ponen sus condiciones.
Dicen que la ocupación está asociada al prestigio, mientras que el descanso no; que estar ocupado da un sentimiento de importancia; que el estar ocupado se ha puesto de moda y el descanso se ha vuelto algo que muchas veces olvidamos. Hay quien dice que la esencia del descanso radica en organizar un momento en que estás presente contigo mismo. En ese momento en que realmente te encuentras contigo mismo, escuchas tus emociones, piensas en tus objetivos y sueños. Y esto tampoco es fácil.
Solamente cuando tu cuerpo y tu mente están descansados puedes realmente aprovechar la vida. Cuando estás bien descansado, más cosas te hacen feliz. Por el contrario, cuando estás cansado, incluso las actividades que alguna vez te han traído alegría ya no te atraen tanto.
Simplemente os recuerdo algunas de las palabras del Papa Francisco en la Laudato Si: “la espiritualidad cristiana incorpora el valor del descanso y de la fiesta. El ser humano tiende a reducir el descanso contemplativo al ámbito de lo infecundo o innecesario, olvidando que así se quita a la obra que se realiza lo más importante: su sentido. Estamos llamados a incluir en nuestro obrar una dimensión receptiva y gratuita, que es algo diferente de un mero no hacer. Se trata de otra manera de obrar que forma parte de nuestra esencia. De ese modo, la acción humana es preservada no únicamente del activismo vacío, sino también del desenfreno voraz y de la conciencia aislada que lleva a perseguir sólo el beneficio personal… El descanso es una ampliación de la mirada que permite volver a reconocer los derechos de los demás”. (Laudato Si 237)
Este es mi deseo: que podamos disfrutar de un tiempo de descanso.
Un saludo
Benjamín Echeverría
Provincial de Capuchinos de España