Ser "Todista"
A menudo nos encontramos con nuevas palabras que incorporamos a nuestro lenguaje. Eso es lo que me ha pasado a mí con la palabra “todista”. He tenido que mirar en distintos lugares para ver qué es lo que significa, pues no aparece en el diccionario. Os ofrezco mi “descubrimiento” a modo de reflexión.
Parece ser que se utiliza esta palabra con cierto matiz negativo refiriéndose a las empresas o profesionales que quieren abarcar muchas áreas y no están especializados en nada. Por otro lado, de manera coloquial, se aplica a la persona que lo quiere todo. Me centro en esta segunda acepción.
El mundo de la publicidad y del consumo se encargan de recordarnos que no tenemos por qué renunciar a nada, que podemos tenerlo todo, que tenemos que tenerlo todo, que no podemos no tenerlo todo. Así ese “Todo”, se convierte en una forma de ser. Por eso se nos anima a ser “Todista”. Es el signo de los tiempos. Se nos quiere hacer creer que un todista lo puede tener todo, libertad y seguridad, lo real y lo posible, lo limitado y lo ilimitado.
Sin embargo, las contradicciones forman parte de nuestra vida. Nos encontramos con personas que parece que lo tienen todo, jóvenes y mayores, pero sienten que su vida no es del todo completa. Escuchamos también las quejas de los padres y madres hacia sus hijos, resumidas en una frase: “Pero si se lo he dado todo…” Las generaciones mayores, que han vivido toda clase de privaciones y necesidades, al mirar a las jóvenes sienten que éstas han tenido de todo. Sin embargo, hay personas a las que parece que siempre les falta algo porque todo les parece poco.
No es fácil salir de esa espiral del tenerlo y quererlo todo. Como decía Eric From: “el hombre puede ser un esclavo sin cadenas”. De hecho, ese afán de poseerlo todo nos muestra que interiormente estamos atados a un montón de caprichos y de falsas ilusiones. Creemos que vivimos en la sociedad más libre, con más posibilidades que nunca, etc. y sin embargo nos cuesta cada día más pararnos un poco a reflexionar y a replantearnos nuestra forma de vida.
Nuestra gran equivocación es creer que nos basta con un poco más de bienestar, un poco más de dinero, de salud, de suerte, de seguridad… Todo esto es importante. Pero nos equivocamos si luchamos por tenerlo todo. Todo menos Dios.
Benjamín Echeverría
Provincial de Capuchinos de España