Protectores de la Obra de Dios
Muchas veces hablamos de nuestra sociedad y de nuestro mundo como de un mundo en crisis. Hay crisis de todo y tendemos a enumerar las distintas realidades afectadas por la crisis: crisis económica, de valores, familiar, europea… Todo está en crisis…
Para los dos próximos años, diversas organizaciones eclesiales españolas que trabajan en la cooperación internacional han puesto en marcha una nueva campaña bajo el lema “si cuidas el planeta combates la pobreza”. De esta manera quieren que nos sensibilicemos y nos comprometamos en defender un modelo distinto de desarrollo. Un modelo justo, solidario y sostenible que nos ayude a cambiar algunos hábitos de consumo y de estilos de vida. Poco a poco nos van sonando más y mejor palabras como “sostenibilidad”, “reciclaje”, “consumo responsable”, “deterioro ambiental”…, que nos remiten al cuidado que hemos de tener de la tierra, nuestra casa común.
Tomando como punto de partida el lema propuesto, “Si cuidas el planeta combates la pobreza”, deseo que de cara al próximo curso o año pastoral tengamos presentes estas otras palabras del Papa Francisco en su encíclica Laudato Si (217) al afirmar que “vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana”.
Así pues, estamos llamados a vivir nuestra fe cristiana desde la conciencia de que nuestra vocación es ser protectores de la obra de Dios. Esto no es algo secundario o accesorio en nuestra manera de vivir la fe, sino algo esencial, central. Como cristianos debemos ser protectores del mundo en el que vivimos, pues ésa es la obra de Dios.
Es el regalo que Él nos ha dado. Estamos llamados no sólo a cuidar y a disfrutar de él, sino a trasmitir este regalo en herencia a las generaciones venideras en las mejores condiciones. Dentro de la obras de Dios tiene un protagonismo especial el ser humano. Está en el centro de la obra de Dios. Protegiendo la obra de Dios, protegemos al ser humano. Colaborando en la protección de la tierra, colaboramos en que haya menos pobreza.
El Papa nos recuerda que la humanidad aún tiene la capacidad de colaborar para construir nuestra casas común, y que el gran desafío es responder a la crisis económica, social y ambiental que hoy amenaza al planeta y a la humanidad, pues en medio de esta crisis los pobres son las principales víctimas, pues en este mundo globalizado, todo está conectado.
Benjamín Echeverría
Ministro Provincial de Capuchinos de España