Miércoles 4ª semana Tiempo Ordinario 4ª semana del salterio

San Juan Bosco

Primera lectura: 2 Samuel 24, 2. 9-17

Soy yo el que ha pecado al censar al pueblo. Pero ellos, las ovejas,¿Qué han hecho?.
 


Salmo: 31, 1-2. 5. 6. 7

R/. Perdona, Señor, la maldad de mi pecado.
 


Evangelio: Marcos 6, 1-6

En aquel tiempo, Jesús fue a su pueblo acompañado de sus discípulos. Cuando llegó el Sábado se puso a enseñar en la sinagoga; y muchos que lo escuchaban no salían de su asombro y se preguntaban:
—¿De dónde ha sacado este todo eso? ¿Quién le ha dado esos conocimientos y de dónde proceden esos milagros que hace? ¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no son sus hermanas estas que viven aquí?
Así que estaban desconcertados a causa de Jesús.
Por eso les dijo: —Solo en su propia tierra, en su propia casa y entre sus familiares menosprecian a un profeta. Y no pudo hacer allí ningún milagro, aparte de curar a unos pocos enfermos poniendo las manos sobre ellos.

Estaba verdaderamente sorprendido de la falta de fe de aquella gente. Y andaba enseñando por las aldeas de alrededor.
 


Reflexión:

La comprensión de Jesús requiere claves de fe. La verdad de Jesús no se explica desde sus antecedentes humanos. Sus claves de lec tura son más profundas. El origen es otro: el Padre. Si ayer Jesúsreconocía la fe de la hemorroísa y de Jairo, hoy lamenta la falta de fe de sus paisanos. Creían conocer a Jesús porque conocían algunos datos de su biografía más superficial. A veces se dice: ¡Si yo hubiera estado allí! Allí estuvieron éstos y no le conocieron. Y es que el conocimiento de Jesús es un don de Dios: “Nadie conoce al Hijo sino el Padre” (Mt 11,27) y aquellos a quienes el Padre se lo quiera revelar, a los humildes y sencillos (Mt 11,25). Además, esta escena nos vacuna contra la decepción. Si Jesús no fue reconocido, si fue malinterpretado, ¿qué podemos esperar nosotros?, ¿aplausos y vítores?.
 


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