Jueves 29º Semana Ordinario 1ª de salterio
San Antonio María Claret.
Primera lectura: Efesios 3, 14-21
Que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.
Salmo: 32, 1-2. 4-5. 11-12. 18-19
R/. El amor del Señor llena la tierra.
Evangelio: Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—Yo he venido para traer fuego al mundo, y ¡cómo me gustaría que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar la prueba de un bautismo y me embarga la ansiedad hasta que se haya cumplido.
¿Creen ustedes que he venido a traer paz al mundo? Les digo que no, sino que he venido a traer división.
Porque de ahora en adelante, en una familia de cinco personas se pondrán tres en contra de dos, y dos en contra de tres. El padre se pondrá en contra del hijo, y el hijo en contra del padre; la madre en contra de la hija, y la hija en contra de la madre; la suegra en contra de la nuera, y la nuera en contra de la suegra
Reflexión:
Jesús no ha venido a apagar fuegos sino a provocarlos. Ha venido a incendiar al mundo con el fuego del amor, a deshacer los hielos de la falta de misericordia que congelan la vida. Ha venido a “dividir”, porque ante él tendrán que descubrirse los pensamientos de los hombres. Pero esta misión le afectará a él personalmente, no se hará gratis: él mismo habrá de pasar por un bautismo doloroso -su muerte-. Y todo el que se incorpore a este proyecto, también deberá incorporarse a ese bautismo. Por una vez contemplamos a un Jesús impaciente, urgido por culminar su misión, más identificado con la figura del pirómano divino que con la un bombero. Ha venido a incendiar al mundo con fuego. ¿De qué fuego habla? Del fuego de Dios, un fuego purificador y salvador. Dios en el AT se manifiesta en el fuego y como columna de fuego. Ese fuego es con el que Jesús quiere incendiar al mundo.