Lunes 3ª semana Tiempo Ordinario 3ª semana del salterio
San Vicente.
Primera lectura: 2 Samuel 5, 1-7. 10
Tú pastorearás a mi pueblo Israel.
Salmo: 88, 20. 21-22. 25-26
R/. Mi bondad lo protegerá siempre.
Evangelio: Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los maestros de la ley llegados de Jerusalén decían que Jesús estaba poseído por Belzebú, el jefe de los demonios, con
cuyo poder los expulsaba. Entonces Jesús los llamó y los interpeló con estas comparaciones:
—¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si una nación se divide contra sí misma, no puede subsistir. Tampoco una familia que se
divida contra sí misma puede subsistir. Y si Satanás se hace la guerra y actúa contra sí mismo, tampoco podrá subsistir; habrá llegado a su
fin. Nadie puede entrar en casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes si primero no ata a ese hombre fuerte. Solamente entonces podrá
saquear su casa.
Les aseguro que todo les será perdonado a los seres humanos: tanto los pecados como las blasfemias en que incurran. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, nunca jamás será perdonado y será tenido para siempre por culpable.
Esto lo dijo Jesús contra quienes afirmaban que estaba poseído por un espíritu impuro.
Reflexión:
Si los familiares pensaban que estaba loco, el dictamen de los escribas es más drástico: está endemoniado. El poder que actúa en él no es el de Dios, sino el de Belcebú. Es un agente del Mal. Jesús intenta mostrarles lo equivocado y perverso de la acusación. Con un argumento tomado del campo de la política y otro del orden familiar muestra que la división conduce al fracaso. El relato se cierra con el famoso pecado contra el Espíritu, imperdonable según Jesús. ¿En qué consiste? En no reconocer en Él la presencia de Dios; en cerrarse a Dios que viene en Él a nuestro encuentro; En no dejarse perdonar por Dios. Pecado que procede de la autosuficiencia religiosa la de no saber leer el vocabulario de la revelación de Dios que, por su Espíritu, habla en diversas lenguas. Y Jesús es la más plena y expresiva.