Jueves 11ª semana Tiempo Ordinario 3ª de salterio

San Silverio

Primera lectura: Eclesiástico 48, 1-14

Elías fue arrebatado en el torbellino y Eliseo se llenó de su espíritu.
 


Salmo: 96, 1-2. 3-4. 5-6. 7

R/. Alégrense, justos, en el Señor.
 


Evangelio: Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
“Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis.
Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”.
Palabra del Señor

 


Reflexión:

La oración no es de información a Dios -“Tú me sondeas y me cono ces…”(Sal 139,1ss) sino de configuración con su proyecto. El Padre nuestro no es un formulario, y rezarlo es una osadía, conscientes de que es Cristo quien nos legitima e invita para orar así. Es el vocabulario y el temario básico de la oración y el núcleo de nuestra fe. Nos muestra el rostro y el nombre de Dios y sus implicaciones en la vida, pues a Dios no se le invoca así impunemente (1 Pe 1,17). Nos muestra el proyecto de Jesús y nos invita a trabajar en él. Es la oración de los hijos de Dios, y todo hombre lo es. El Padrenuestro no es solo un modo de hablar a Dios sino de vivir ante Dios entre los hombres. Es el núcleo del proyecto de vida del cristiano.
 


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