Miércoles  15º semana Tiempo Ordinario 3ª de salterio
                            
                            
                            San León, Mártires de Brasil.
                            
                            
                                Primera lectura: Isaías 10, 5-7. 13-16
                                
                                ¿ Se enorgullece el hacha contra quien corta con ella?
 
                                
                             
                            
                            
                            
                                Salmo: 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15
                                
                                R/. El Señor no olvida a su pueblo.
 
                                
                             
                            
                            
                            
                                Evangelio: Mateo 11, 25-27
                                
                                En aquel tiempo, dijo Jesús:
—Padre, Señor del cielo y de la tierra, te doy gracias porque has ocultado todo esto a los sabios y entendidos y se lo has revelado a los
sencillos. Sí, Padre, así lo has querido tú.
Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos y nadie sabe quién es el
Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.
 
                                
                             
                            
                            
                            
                                Reflexión: 
                                
                                Jesús felicita al Padre y se felicita con él por su opción en favor de la gente sencilla. Dios es sencillo y ama la sencillez. Una sencillez escan dalosa para la sabiduría de este mundo. ¿Cómo puede Dios ser así?- Pues así es Dios, nos dice Jesús. Le gusta trabajar con materiales frágiles y humildes. Hay que estar muy atentos a esta “opción” de Dios, porque en ella aparece su estrategia salvadora. Para ir a Dios hay que ir por el camino de la sencillez. Fue el camino que anduvo Jesús y el que propuso a los discípulos. Una sencillez que no equivale a la ignorancia, sino a una sabiduría oculta, que Dios revela a los que le aman. La sabiduría que nos hace degustar qué bueno es el Señor. También María, en el Magnificat, se alegra por esta opción de Dios
 
                                
                             
                            
                            
                            
                                
                                    