Viernes 7ª semana Tiempo Pascual 3ª de salterio

San Pascual Bailón.

Primera lectura: Hechos 25, 13-21

De un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo.
 


Salmo: 102, 1-2. 11-12. 19-20ab

R/. El Señor erige su trono en el cielo.
 


Evangelio: Juan 21, 15-19


Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, preguntó a Simón Pedro:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?
Pedro le contestó:
—Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
—Apacienta mis corderos.
Jesús volvió a preguntarle:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
Pedro respondió:
—Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dijo:
—Cuida de mis ovejas.
Por tercera vez le preguntó Jesús:
—Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Pedro se entristeció al oír que le preguntaba por tercera vez si lo quería, y contestó:
—Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.
Entonces Jesús le dijo:
—Apacienta mis ovejas.
Y añadió:
—Te aseguro que cuando eras más joven, tú mismo te ajustabas la túnica con el cinturón e ibas a donde querías; pero, cuando seas viejo, tendrás que extender los brazos y será otro quien te atará y te conducirá a donde no quieras ir.

Jesús se expresó en estos términos para indicar la clase de muerte con la que Pedro daría gloria a Dios. Acto seguido dijo:
—Sígueme.

 


Reflexión:

Un diálogo significativo. ¿Un eco de las negaciones? Aquí hay algo más que una recriminación solapada. Estamos hablando de amor y el amor no lleva cuentas del mal (1 Cor 13,5). Pedro había profesado tres veces su adhesión y fe en Jesús, pero confiando en sus propias fuerzas, en Cesarea de Filipo (Mt 16,16), en el Cenáculo (Mt 26,33-35) y al negarse a que le lavara los pies (Jn 13,6-8). Aquellas eran solo muestras de amistad -filía-. Jesús ahora va más allá y le pide amor perfecto, de agape -¿Me amas?-. Pedro solo ofrece amor de filía -te quiero-. Jesús acepta ese amor de Pedro, con la esperanza de que alcance el amor perfecto. Y es a ese amor al que Jesús confía la tarea su pastoral: una pastoral del amor y de la comprensión. Las preguntas de Jesús están también dirigidas a cada uno de sus discípulos. Y Jesús añadió: “Sígueme”.
 


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