Lunes 3º Semana Adviento 3º de salterio
Santa Adelaida.
Primera lectura: Números 24, 2-7. 15-17a
Avanza una estrella de Jacob.
Salmo: 24, 4-5ab. 6-7bc. 8-9
R/. Señor, enséñame tus caminos.
Evangelio: Mateo 21, 23-27
En aquel tiempo, Jesús entró en el Templo y mientras enseñaba se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron:
—¿Con qué derecho haces tú todo eso? ¿Quién te ha autorizado para ello?
Jesús les contestó:
—Yo también voy a preguntarles una cosa. Si me responden, les diré con qué derecho hago todo esto. ¿De quién recibió Juan el encargo de bautizar: del cielo o de los hombres?
Ellos se pusieron a razonar entre sí:
—«Si contestamos que lo recibió de Dios, él nos dirá: “¿Por qué, pues, no lo creyeron?” Y si decimos que lo recibió de los hombres, corremos el peligro de la reacción del pueblo, porque todos tienen a Juan por profeta».
Así que respondieron a Jesús:
—No lo sabemos.
A lo que él replicó:
—Pues tampoco yo les diré con qué derecho hago todo esto.
Reflexión:
La entrada mesiánica en Jerusalén y la intervención de Jesús en el Templo (Mt 21,12-17) habían impresionado a los dirigentes religio sos, que le preguntan con qué autoridad actúa. La respuesta deJesús les confronta con su cerrazón mental. No saben leerle a él, como no supieron leer al Bautista. Son guía ciegos: no saben descifrar los signos de Dios en la historia. Jesús, en el fondo, estaba actuando según el esquema profético: reivindicación de la dignidad del Templo (Is 56,7; Jer 7,11) y curando las dolencias del pueblo (Is 35,5-6). Y además, tienen miedo a la verdad. Jesús deja en evidencia la insinceridad de la clase dirigente sacerdotal. Reconocen la autoridad de Jesús, pero no saben discernirla. Olvidaban que el bien solo tiene un origen: el Sumo Bien. Ni supieron discernir a Juan ni a Jesús. Esa ceguera les perderá. Sus “prejuicios” les impiden acoger la enseñanza de Jesús.