Viernes Cuaresma 1ª Semana 3ª de Salterio
Santa Matilde
Primera lectura: Ez 18,21-28;
Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado —oráculo del Señor Dios—, y no que se convierta de su conducta y viva? Si el inocente se aparta de su inocencia y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá. Insistís: “No es justo el proceder del Señor”. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto? Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.
Salmo: Sal 129,1b-2. 3-4. 5-7ab.7cd-8;
R/. – Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a Ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R/.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes temor. R/.
Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora. R/.
Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y Él redimirá a Israel de todos sus delitos. R/.
Evangelio: Mt 5,20-26.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la gehenna del fuego. Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Reflexión:
Jesús vino a llevar la Ley a su plenitud. Así, el “no matarás” más allá de prohibir la muerte física va contra todo tipo de muerte: la descalificación, el insulto, contra todo lo que “hiere” la vida. Dios es “amigo de la vida” (Sab 11,26). Y las manos se manchan y se incapacitan para acercarse al altar de Dios a celebrar su amor cuando las relaciones fraternas están rotas. No podemos ir al Padre como hijos enfrentados (Mt 5,23-24). Por eso siempre, antes de celebrar los sagrados misterios, no solo nos reconocemos pecadores sino que pedimos perdón a Dios y a los hermanos, con una petición real y no solo ritual. A Dios hay que ir en comunión o con voluntad de llegar a ella. La oración cristiana es siempre purificadora y constructora de fraternidad.