Sábado 14º semana Tiempo Ordinario 2ª de salterio

San Enrique.

Primera lectura: Isaías 6, 1-8

Yo, hombre de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo.
 


Salmo: 92, 1ab. 1c-2. 5

R/. El Señor es rey, está vestido de majestad.
 


Evangelio: Mateo 10, 24-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
—Ningún discípulo es más que su maestro ni ningún criado es más que su amo. Bastante es que el discípulo llegue a ser como su maestro, y el criado como su amo. Si han llamado Belzebú al amo de la casa, ¿qué no dirán de sus familiares?
No tengan miedo a la gente. Porque no hay nada secreto que no haya de ser descubierto, ni nada oculto que no haya de ser conocido.
Lo que yo les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a plena luz, y lo que escuchan en secreto, pregónenlo desde las terrazas.
No tengan miedo de los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Más bien tengan miedo de aquel que puede destruir el cuerpo y el alma en la gehena.
¿No se venden dos pájaros por muy poco dinero? Sin embargo, ninguno de ellos cae a tierra si el Padre de ustedes no lo permite. Pues bien, ustedes tienen contados hasta el último cabello de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que todos los pájaros. Todo aquel que se declare a mi favor delante de los demás, yo también me declararé a favor suyo delante de mi Padre que está en los cielos. Y, al contrario, si alguien me niega delante de los demás, yo también lo negaré a él delante de mi Padre que está en los cielos.

 


Reflexión:

Cristo es el referente del misionero. La misión, aún en los momentos más críticos y difíciles entra en los planes providenciales de Dios. ¡No tengáis miedo! Por tres veces se conmina al discípulo con esta exhortación. Jesús anima a la autenticidad y la audacia evangelizadora, porque valemos más que los gorriones. Además Cristo ha prometido que no abandonará nunca al que se ponga de su parte. “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo porque tú vas conmigo…” (Sal 23,4). ¿No nos falta esta experiencia de la providencia de Dios y la convicción de que él es nuestro único modelo? El miedo es libre, pero no es liberador, y Jesús ha venido a iluminar y eliminar nuestros miedos. El testimonio de los mártires debe estimular nuestra fidelidad. Nuestra vida está en las manos de Dios.
 


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