Lunes 10ª semana Tiempo Ordinario 2ª de salterio

San Benjamín, San Críspulo, San Mauricio.

Primera lectura: 1 Reyes 17, 1-6

Elías sirve al Señor, Dios de Israel.
 


Salmo: 120, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8

R/. Mi auxilio viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

 


Evangelio: Mateo 5, 1-12

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte y se sentó. Se le acercaron sus discípulos, y él se puso a enseñarles, diciendo:
—Felices los de espíritu sencillo, porque suyo es el reino de los cielos.
Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará.
Felices los humildes, porque Dios les dará en herencia la tierra.
Felices los que desean de todo corazón que se cumpla la voluntad de Dios, porque Dios atenderá su deseo.
Felices los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos.
Felices los que tienen limpia la conciencia, porque ellos verán a Dios.
Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
Felices los que sufren persecución por cumplir la voluntad de Dios, porque suyo es el reino de los cielos.
Felices ustedes cuando los insulten y los persigan, y cuando digan falsamente de ustedes toda clase de infamias por ser mis discípulos.
¡Alégrense y estén contentos, porque en el cielo tienen una gran recompensa! ¡Así también fueron perseguidos los profetas que vivieron
antes que ustedes!

 


Reflexión:

Las bienaventuranzas son un texto no solo de obligada lectura sino de obligado cumplimiento. No son opcionales sino incondicionales para el discípulo. ¡Tantas veces oídas y tan poco traducidas en vida! Son las claves para participar de la felicidad del Reino. Son la biografía y el proyecto de vida Jesús; los criterios para saber dónde estamos respecto de él. En primer lugar, son una revelación de Dios: de sus opciones y preferencias, paradójicas pero salvadoras, y también de sus dolores, porque a Dios le duele la pobreza, las lágrimas, la injusticia…, y por eso decide intervenir en su Hijo. Si no lo hubiera dicho Jesús, nos parecerían una tomadura de pelo. Y, aún así, ¿no nos lo parecen? Son las claves de la verdadera felicidad o la felicidad en clave. Y solo convirtiéndonos a él podremos asumirlas en la vida. Son una lectura de la vida desde Dios.
 


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