Sábado 9ª semana Tiempo Ordinario 1ª de salterio

Inmaculado Corazón de María, San Salustiano, Beato Nicolás de Gésturi.

Primera lectura: 2 Timoteo 4, 1-8

Cumple tu tarea de evangelizador. Pues yo estoy a punto de ser derramado en libación y el Señor me dará la corona de la justicia.
 


Salmo: 70, 8-9. 14-15ab. 16-17. 22

R/. Pregonará mi boca tus actos salvadores, Señor.
 


Evangelio: Lc 2, 41-51

Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».

Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».

Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret yestaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
 


Reflexión:

La fiesta del Inmaculado Corazón de María, sigue en la liturgia a la del Sagrado Corazón de Jesús. Si la primera nos habla de un Dios que es corazón, la segunda nos habla del corazón de la criatura cuyo corazón estuvo más cercano al de Dios: María. Un corazón agraciado y agradecido, humilde e interiorizador de Dios. Un corazón que busca angustiado al Corazón, su hijo. El que latió más cerca del de Jesús y que, como el de Jesús, fue un corazón herido, abierto por el amor. El corazón de María es grande no por lo que hace él, sino por lo que Dios hace en él. María dejó que Dios plasmase su corazón: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Esta fiesta nos muestra hasta dónde puede llegar la vida de quien decide acoger la voluntad del Señor.
 


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